Una de las mas elevadas normas de vida, (de vida
espiritual) la establece Pablo en Filipenses 4:4 “…”
unos de los mas elevados desafíos para un hijo
de Dios, para una persona que se mueve según los principios divinos, los
principios eternos, para uno que vive según las costumbres del cielo, para uno
que decidió violentar su lógica y aprender a vivir por fe; para uno que no se
deja guiar por las cosas que se ven, que son temporales, sino las que no se
ven, que son eternas; para uno, ya entendió que su vida no es fruto es de la
casualidad, y nada de lo que le sucede, escapa a la soberanía de Dios. Para uno que ya entendió, que no esta solo;
para aquel es esta regla.
Las mas elevada
norma de vida: “regocíjense en el Señor, siempre; otra vez digo,
regocíjense”. Y el apóstol Santiago ya
nos lo había dicho: “Tened sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas”. Pero esto no es posible desde el esfuerzo
propio.
Salud mental no es
actitud mental positiva, no es PNL, no es fuerza de voluntad, es tener la mente
de Cristo. Por eso, a algunos esto les
cuesta entenderlo, porque la salud total, que es vida, solo proviene de Dios,
en el esta la vida, el es la vida de los hombres.
Cuando hablamos de
teoterapia, estamos de tratamiento de Dios al hombre, ¿Qué es lo que inyecta
Dios? Inyecta salud y vida. Luego, salud
mental, es la presencia de Dios. “No os
dejare solos”, dijo el Señor.
Millones de dólares
se gastan todos los años, para determinar que es lo que anda mal con la
gente.
El sábado se me
acerca un joven en la vigilia, y me dice: “líder, algo no anda bien conmigo,
algo anda mal”. ¿Qué es lo que pasa
contigo? En un momento mes esto bien, me siento feliz, eufórico, pero al minuto
siguiente ya me siento mal, ansioso, vacio, no me hallo, no me siento
contento. Por la mañana estoy feliz,
pero a la media mañana ya no quiero saber de mi. ¿Qué pasa conmigo? ¿A que se debe esa
inestabilidad emocional?
Millones se gastan
para intentar entender que es lo que esta sucediendo, que es lo que anda mal en
la salud mental de la gente. Por lo menos dos de cada tres presentan evidencias
de personalidad neurótica.
Se estima que los
trastornos de personalidad le cuestan a las empresas e industrias millones en
perdidas. El alcance e este problema, lo
resume de manera dramática y contundente, todos los casos que ahora mismo son
tratados por sicólogos y siquiatras.
Todos los casos que
ahora mismo son tratados por especialistas del comportamiento humano; se han
disparado las cifras, por lo menos tres de cada cinco personas, por
prescripción o por recomendación obligada, tienen que presentarse al siquiatra
o al sicólogo, para un chequeo, revisión o seguimiento.
Y eso, sin alcanzar
a imaginar, todos aquellos que andan a la deriva, que viven y no saben para que
viven, que viven embargados de aflicción, que en su corazón esta la ira, el
dolor, la amargura, el sufrimiento.
¿Qué prueba todo lo
anterior? Prueba que la salud mental de los habitantes del mundo no es buena,
prueba que la conducta anormales, neuróticas, sicóticas, aumentan cada vez mas,
incluso los comportamientos son cada vez mas extraños.
La gente no tiene
la capacidad para enfrentar sus problemas, adolece de una plataforma sicológica
espiritual para asumir las dificultades y desafíos de la vida. Por eso, aquella sencilla enseñanza de Jesús
de Nazaret, sobre los tipos de personas, que buscan edificar su casa, el uno lo
hace en la arena, el otro lo hace en la roca, toma relevancia hoy en día.
Ambos quieren
edificar, construir, ambos se dan a la tarea de edificar su casa, es la misma
decisión, es la misma acción; tanto el uno como el otro, deciden edificar,
construir, quieren tener su casa; solo que u no edifica en la arena, y el otro
edifica en la roca.
Y cuando vienen los
ríos, las lluvias, los fuertes vientos, tanto al uno como al otro, y dan con
ímpetu contra aquellas casas; no fue solo uno, sino a ambos, tanto el uno como
el otro, fueron embestidos brutalmente, absurdamente, inesperadamente,
dolorosamente, por las circunstancias de la vida.
Fueron embestidos
por las lluvias, los fuertes vientos, las corrientes, y ¿el resultado cual
fue? El que había edificado en la arena,
fue grande su ruina, todo se desplomo, todo se hizo pedazos; pero el que había
edificado en la roca, permaneció firme.
La única diferencia
entre una persona que ha edificado su vida con base en los principios de Dios y
una que no lo ha hecho, es que cuando vengan los problemas tendrá una actitud
distinta, diferente, podrá darle un manejo diferentes, y tendrá mayores
posibilidades y esperanzas.
Hoy en día, los
sicólogos miden, la esperanza de las personas, la longevidad, el nivel de
felicidad, miden el nivel de salud mental, la tolerancia al dolor, al
sufrimiento, sus expectativas de vida, para poder evaluar, la calidad de vida
que las personas tienen.
El que usted sea
cristiano, ni significa que este exento de los problemas de la vida, pero si le
da mayores posibilidades que usted salga airoso, avante; pueda tener una
actitud diferente, pueda tener mayor esperanza, pueda tener regocijo, pueda
tener sumo gozo cuando se halle en diversas pruebas.
Un siquiatra
científico dijo alguna vez, que por lo menos el 80% de los problemas
sicológicos, tienen base espiritual.
Luego, esto no es nada nuevo, pero lo que médicos, sicólogos, científicos y
especialistas del comportamiento humano, se resisten a aceptar y reconocer, es
que esto ya había sido mencionado miles de años atrás en el m anual de la vida.
Y que fue el sabio
Salomón, quien lo explica en Proverbios 23:7 “cual es el pensamiento en su
corazón tal es el”. Somos lo que creemos
ser. No alcanzamos a imaginar la
poderosa influencia que ejercen los pensamientos en nuestra vida.
Nunca iremos mas
allá de nuestros pensamientos, un hombre es lo que piensa de si mismo la mayor
parte del día. Si usted piensa en
pequeño, será pequeño, si piensa en grande será grande.
Si supiéramos la
influencia que ejercen los pensamientos en la vida, seriamos mas cuidadosos
sobre que tipo de pensamientos albergamos, pero no es tanto el pensamiento,
sino lo que esta pasando en el corazón, que es el centro neurálgico de la vida
humana. Es allí donde se gestan los
pensamientos, y no solo los pensamientos sino las palabras.
Así lo dijo el
carpintero de Nazaret, “el hombre bueno (el que tiene salud mental) del buen
tesoro de su corazón saca buenas cosas, el hombre malo (enfermo, que no tiene
salid mental, que esta compulsivo, neurótico, sicótico) del mal tesoro de su
corazón saca malas cosas”.
Y sigue diciendo,
“de toda palabra ociosa que hablen los hombres darán cuenta”, “porque de la
abundancia del corazón habla la boca”.
Así como dice, que “del corazón mana la vida”, podríamos pensar, que del
corazón mana la enfermedad, o la muerte.
Por eso, el
terapista divino dice: “dame hijo mío tu corazón”, por eso usted tiene que ir
al terapista divino, al medico del alma, a que empiece a tratarle en su
corazón. Lo importante, de entender este
tema, no es para adquirir un conocimiento, sino para recibir un tratamiento.
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