PREPARANDO EL CORAZON PARA SUBIR A JERUSALEN

PREPARANDO EL CORAZON PARA SUBIR A JERUSALEN
"Y abiertas las ventanas de su cámara que daban hacia Jerusalen, se arrodillaba tres veces al día, y oraba y daba gracias delante de su Dios, como lo solía hacer antes". (Daniel 6:10b)

viernes, 12 de julio de 2013

Como conocer la voluntad de Dios Capitulo 8


CAPITULO 8: CONOCIENDO LA VOLUNTAD DE DIOS A TRAVES DE LA GUIA ESCRITURAL

Para conocer la voluntad de Dios es inevitable, es imprescindible acudir a su Palabra, porque la voluntad de Dios esta expresa de manera clara y suficiente en su Palabra.  Como dice el Salmista: “Lámpara es a mis pies tu palabra y lumbrera a mi camino”, en (Salmo 119:105) Es casi imposible escudriñar las escrituras y no enamorarse de ellas; en la medida en que empieza a profundizar en las verdades de Dios, en la medida en que empieza a escudriñar en la palabra de Dios, usted se enamora cada día, mas y mas de ella.  Por eso dice el Salmista dice, allí en el Salmo 119, que es todo un homenaje a la Palabra de Dios, el salmo mas extenso de la Biblia,  “¡Oh, cuanto amo yo tu ley! Todo el día es ella mi meditación” (Salmo 119:97)

Una de las realidades que mas le cuestan a algunas personas aceptar, es que “el hombre no es señor de su camino, ni del hombre que camina es el ordenar sus pasos”. (Jeremías 10:23), a muchos, esto les cuesta; aquellos que quieren ser sabios en su propia opinión, aquellos que rigen su vida según su propio criterio; aquellos que quieren hacer su propia voluntad; esto les cuesta, en esto tienen que renovarse en el espíritu de su mente, si quieren avanzar.

“El hombre no es señor de su camino…”,  sino que es Dios quien ordena los pasos del hombre.  Dios es un Dios de paz y no de confusión; el es un Dios de orden; el quiere que hagamos todo decentemente y con orden.  Pero, ¿Cómo el creador a su creatura?  Como encontró a la creación  en el principio, con la vida desordenada, vacía, en oscuridad, en crisis, en caos; así nos halla Dios.  ¿Por qué? Porque el hombre no es señor de su camino; ni del que camina es el ordenar sus pasos.

Pero el Dios de orden, pone orden, llena el vacio, inyecta luz y vida; eso es lo que hace Dios y esa es la teoterapia, el tratamiento de Dios al hombre; poniendo orden donde hay desorden, luz donde hay oscuridad, vida donde no hay vida; su llenura, presencia y plenitud donde hay vacio.  Es Dios quien ordena los pasos del hombre, como lo dice el salmista: “Por Jehová son ordenados los pasos del hombre, y el aprueba su camino” (Salmo 37:23)  Y ¿Cómo lo hace? ¿Cómo ordena los pasos? ¿Cómo poden orden a nuestra vida? ¿Cómo establece prioridades? ¿Cómo lo hace?  ¿Cómo organiza nuestra vida? Lo hace a través de su palabra.  Es la palabra de Dios, que es viva y eficaz, que es contundente, que permanece para siempre, a trabes de la cual, Dios ordena nuestros pasos.  Como lo expresa el salmista: “ordena mis pasos con tu palabra” (Salmo 119:133)

La mayoría tienen dificultades a la hora de tomar de decisiones; tomar decisiones no es fácil; o mejor, decidir es fácil, decidir bien, es muy difícil.  Elegir, es fácil; elegir bien, es muy difícil.  Para decidir bien, más si estamos hablando de principios de Dios, se requiere no solo de la capacidad para decidir, sino para discerEs decir, que para quien quiera moverse en los principios de Dios, en los principios eternos, quien quiera someter el entendimiento a la revelación; quien quiera de acuerdo a las costumbres del cielo y no a las de la tierra; antes de decidir, tiene que discernir.   Y ¿Qué es discernir? Es una facultad del espíritu, que nos permite distinguir el bien del mal, lo correcto de lo incorrecto; y no solo, es mas que eso, es distinguir entre lo bueno y lo excelente.

“Todas las cosas me son licitas, pero no todas me convienen”, así sean licitas, legales y legitimas; pero no están alineadas con el plan de Dios para mi vida.  Tomar decisiones no es tan fácil, mas aun, cuando reconocemos que las decisiones implican cambios, y en algunos de estos cambios son radicales.  La palabra decisión, viene del latín, decidere; que significa, cortar o amputar. De allí palabras similares como incisicion, circuncisión.

 Para tomar decisiones necesitamos sabiduría, al momento de elegir que camino tomar, que hacer, mas aun cuando se involucra el corazón, porque allí se pierde objetividad.  Porque “engañoso es el corazón mas que todas las cosas”.  En muchos consultan a la persona equivocada; y por supuesto al escuchar la voz de terceros y no la voz de Dios, se cometen errores, que en algunos casos son irreversibles e irreparables. En el salmo 1 se nos dice que es lo que debemos hacer:

“Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores; ni en silla de escarnecedores se ha sentado; sino que en la ley de Jehová esta su delicia, y en su ley medita de día y de noche.  Sera como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace prosperara”. (Salmo 1:1-3)

Según este salmo, ¿Cuál es el secreto para que nos vaya bien en la vida? El secreto esta en dejarnos guiar, en dejarnos conducir por Dios a través de su Palabra; quien tiene en la ley de Dios su delicia, y en ella medita de día y de noche, es comparado con un árbol plantado junto a corrientes de aguas, y tres cosas suceden con el: Da fruto en su tiempo, su hoja no cae y todo lo que hace prosperara.

Lo primero que toda persona debe hacer a la hora de tomar una decisión, es averiguar que dice la Palabra de Dios sobre dicho asunto.  Desde ningún punto de vista debemos forzar la escrituras,   para que nos digan lo que queremos encontrar en ellas, sino que debemos darle libre paso al Espíritu Santo para que el nos guie a través de la Palabra de Dios, a encontrar la respuesta que necesitamos.  No es necesario forzar, mal interpretar o manipular la Palabra de Dios.

Al impartir las instrucciones a Josué para la conquista, le encargo rigurosamente: “nunca se apartara de boca este libro de la ley, sino que de día y de noche, meditaras en el, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en el esta escrito, porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien” (Josué 1:8-9)

A través de su Palabra, Dios no solo nos da a conocer sus verdades profundas, sino que trata con nuestra vida, forma nuestro carácter, moldea nuestra personalidad; como escribe Pablo a su discípulo Timoteo: “Pero persiste tu en lo que has aprendido, y te persuadiste, sabiendo de quien has aprendido.

Y que desde la niñez has sabido las sagradas escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. Toda escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para buena obra” (2 Timoteo 3:14-17)

La Palabra de Dios es el alimento básico, “la leche espiritual no adulterada por la cual crecemos para salvación”, pero también es el alimento solido y fundamental, “no solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios” (Lucas 4:4)

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