CAPITULO 2:
QUIEN PUEDE CONOCER LA VOLUNTAD DE DIOS
La voluntad de Dios solo Dios la puede revelar a quien
el quiere y a quien esta en capacidad de conocerla. Hemos partido de la premisa, que solo aquel
que ha tenido un encuentro personal con Jesucristo, es quien puede conocer la
voluntad de Dios.
Solo Dios puede revelar sus sueños y visiones a quien
el quiere, no depende del que quiere ni del que corre, depende de Dios, de
quien el tiene misericordia. Luego, Dios
revela su voluntad haciendo uso de su soberanía a quien el quiere, pero también
a quien esta en capacidad de recibirla, a quien es sensible a su voz, como lo
fue Moisés en el desierto, cuando agudizó sus sentidos para escuchar la voz de
Dios a través de una zarza que ardía y no se consumía.
Hemos partido de la premisa, que solo aquel que ha
tenido un encuentro personal con Jesucristo, aquel que permite que el Espíritu
Santo le llene y le controle, es quien esta en condiciones de conocer la
voluntad de Dios.
En cierta ocasión, “estando Jesús en la región de
Cesárea de Filipo, pregunto a sus discípulos, diciendo: ¿Quién dicen los
hombres que es el Hijo del Hombre? Ellos
dijeron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros Jeremías o alguno de los
profetas. El les dijo: Y Vosotros,
¿quien decís que soy yo? Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el
Hijo del Dios viviente. Entonces le
respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo
revelo carne ni sangre, sino mi Padre que esta en los cielos. Y yo también te digo, que tu eres Pedro, y
sobre esta roca edificare mi iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán
contra ella”. (Mateo 16:13-18)
Estaban en la región de Cesarea de Filipo, donde había
un gran templo al dios pan, al norte de Israel, cerca al monte Hermon, en un
lugar llamado Banias que hoy en día tenemos la oportunidad de conocer, cuando
vamos a la tierra santa. Un lugar
bellísimo, donde nace el Jordán. Era un
lugar idolátrico y en medio de ese escenario pagano, Jesús cuestiona a sus
discípulos.
¿Quien dicen los hombres que es el Hijo del Hombre? Fue
la pregunta de Jesús. ¿Quién soy para
ellos? Y sus discípulos les dieron
varias respuestas. Pero lo que a el
realmente le importaba, era saber quien era el para ellos, para sus
discípulos. Y es cuando Simón toma la
palabra, y dice: “Tu eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”. Y el Señor le dice: Te felicito Simón, porque
eso solo puedes saber y decir, porque mi Padre te lo ha revelado. El solo lo puede decir que se ha umbilicado
con Dios, alguien a quien Dios le esta
hablando no solo al oído sino al corazón.
Eso no lo puede decir cualquiera, eso no lo puede
decir cualquiera de labios para afuera. Si
es que en realidad, de la abundancia de su corazón, esta expresando con
sus labios, es porque eso se lo ha revelado el Señor que esta en los cielos. Eso solo puede saber una persona a quien Dios
Padre se lo haya revelado.
Esto es uno de los esenciales de la teoterapia, no
consiste en que el hombre llega a Dios, eso es lo que el hombre intenta,
acercarse a Dios, encontrarle, llegar a el por su propio esfuerzo, sin
conseguirlo. Eso no es la teoterapia, ya
que no consiste en que el hombre llega a Dios, sino en que Dios llega al hombre
en la persona de Jesucristo.
Por más que el hombre se esfuerce no esta en su
capacidad o naturaleza conocer lo profundo de Dios por su propia cuenta,
“¿Descubrirás los secretos de Dios? ¿Llegaras tu a la perfección del
Todopoderoso? Es mas alta que los cielos, ¿Qué harás? Es mas profunda que el
Seol ¿Cómo la conocerás? Su dimensión es mas extensa que la tierra y mas ancha
que el mar”. (Job 11:7-10)
El hombre no puede conocer la mente de Dios, no puede
escudriñar lo oculto y lo profundo de Dios; no consiste en que el hombre llega
a Dios, sino en que Dios llega al hombre, esa es la quinta esencia. Si alguien da un testimonio, de las verdades
profundas de Dios, no lo esta haciendo porque fue su descubrimiento personal,
sino porque Dios Padre le ha revelado por su puro amor y misericordia.
Las verdades profundas de la Biblia, solo Dios Padre
las puede revelar, porque “las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios;
mas las reveladas son para nosotros, y para nuestros hijos para siempre, para
que cumplamos todas las palabras de esta ley”. (Deuteronomio 29:29) Y solo las revela a quien el decide, y a
quien esta en capacidad de recibirlas y entenderlas.
Las verdades profundas de la Biblia solo Dios las
puede revelar a quienes están en capacidad de entenderlas. Solo Dios puede dar a conocer su voluntad a
quien este en capacidad de comprenderla. Es decir, a aquellos que habiendo
rendido su vida a Cristo, y siendo llenos y controlados por el Espíritu Santo,
tienen hambre y sed de Dios, tienen un verdadero anhelo de hacer su
voluntad. Una persona que ha empezado a
entender las verdades profundas de la vida espiritual, Dios se encarga de
afirmarle en su identidad y en la misión que tiene para el.
Jesús decía a sus discípulos, “muchas cosas tengo que
deciros, pero todavía no las podéis entender”; muchas verdades profundas, que
el quisiera soltar de una vez, cosas grandes que el nos quisiera entregar de
una vez, pero no estamos en capacidad de recibirlas. Nos sucede como a los discípulos del Señor a
quienes les decía: “si les hablo cosas terrenales no entienden, que tal si les
hablo las celestiales”.
Ellos se la pasaban discutiendo sobre trivialidades y
frivolidades, estaban tan ocupados en sus tonterías, en sus carnalidades, en
sus propios pecados, tan ensimismados, y egocéntricos, que el no podía echar en
saco roto las verdades profundas de la biblia, cuando están reservadas para
quienes han agudizado sus oídos al silbo apacible de Dios, a quienes están
interesados en traer las costumbres del cielo a la tierra; a esos es a quienes
se les revela.
A los que tienen hambre y sede de Dios, a lo quieren
hacer su voluntad, los que han empezado a entender las verdades de la realidad
espiritual. Así como lo hizo con Simón, el Señor se encargara de reafirmarlos
en su identidad y personalidad y en el sentido misional de vida que tiene para
el.
Dice el apóstol Pablo en Romanos 12:2: “Y no os
conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de
vuestro entendimiento, para que comprobéis cual es la buena voluntad de Dios,
agradable y perfecta”. La voluntad de
Dios es buena, agradable y perfecta. Es
bueno obedecer a Dios, es grato sujetarnos a el y es perfecto andar en sus
caminos, no hay nada es mejor que su voluntad. No hay planes que puedan
superar.
Si algo debemos acostumbrarnos es a que Dios desbarate
nuestros planes, y si esto sucede, no entre en crisis, y mas vale que se vaya a
acostumbrando, porque si usted le ha concedido a Dios el derecho de guiar su
vida, si usted le ha colocado su vida en las manos a Dios, si le ha dicho que
haga de usted el tipo de persona que el quiere que sea, no una sino muchas
veces, el Señor le va a torcer sus planes para enderezarle la vida.
Hay un pasaje que siempre lo tengo presente, está en
Jeremías 18: 2-6, el Señor le dice al profeta Jeremías: “levántate y vete a
casa del alfarero, y allí te hare oír mis palabras”, ¿en donde es que le hace
oír sus palabras? En casa del Alfarero.
¿A que vamos a la casa del Alfarero? A oír sus palabras, porque “la fe
es por el oír y el oír por la palabra de Dios”, y “el justo por la fe vivirá”.
Y dice que al llegar a aquel lugar, “he aquí que el
alfarero trabajaba sobre la rueda. Y la vasija de barro que el hacia se echo a
perder en su mano, y volvió y la hizo otra vasija, según le pareció mejor
hacerla”.
Entonces vino palabra de Dios al Jeremías y le dijo:
“¿No podre yo hacer de vosotros como este alfarero, oh casa de Israel? He aquí como el barro en manos del alfarero,
así sois vosotros en mi mano, oh casa de Israel”. ¿Se da cuenta de la enseñanza? Dios se ha reservado el derecho, de torcer
nuestros planes para enderezarnos la vida.
En muchas ocasiones nuestros planes o proyectos se van
a romper, lo importante es que cuando esto suceda, usted se encuentre en las
manos de Dios, su vida se encuentre en los caminos de Dios, porque el puede de
manera inmediata restaurarle, volverle a hacer de nuevo; el es nuestro
alfarero, y nosotros somos vasijas de barro en sus manos, y el puede hacerse
una vasija nueva y mejor. Lo importante
es que cuando esto suceda, usted este en las manos de Dios. Porque si no es así, no sabría que puede
pasar con su vida.
De lo que usted debe convencerse es que la voluntad de
Dios es buena, agradable y perfecta, que sus pensamientos son mejores que los
nuestros. Y eso no significa que usted adopte una actitud resignada o pasiva,
por el contrario, el nos dice: No os conforméis, sino transformaos, ¿por medio
de que? De la renovación de vuestro entendimiento. ¿Para que? Para que
comprendáis la buena voluntad de Dios que es agradable y perfecta. La voluntad de Dios es buena, agradable y
perfecta.
Pero, ¿a quien es que se le hace fácil conocer y
obedecer la voluntad de Dios, aceptarla y obedecerla? ¿Para quién resulta,
buena, agradable y perfecta? Para quien ha renovado su mente; para quien se ha
renovado en el espíritu de su mente, para quien ha sometido su entendimiento a
la revelación.
El ejemplo por excelencia, de lo que significa someter
el entendimiento a la revelación, lo encuentro en la mujer mas maravillosa que
haya existido, María, la madre de Jesús.
Relata la Biblia, en el capitulo 1 de Lucas, que “el ángel Gabriel fue
enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen
desposada con un varón que se llamaba José, de la Casa de David y el nombre de
la virgen era María”.
Dice que el ángel luego de saludarla como a una
reina, le anuncio que ella daría a un
luz un hijo, el cual seria grande y seria llamado Hijo del Altísimo. María solo hizo una pregunta: ¿Cómo será
esto? Pues no conozco varón. Porque era
una mujer pura. Que hermoso cuando una
mujer conserva su pureza delante de Dios.
El ángel le dijo, que el Espíritu Santo vendría sobre
ella, y ese Santo ser que nacería, seria llamado Hijo de Dios…porque no hay
nada imposible para Dios. ¿Y cual fue la
respuesta de María? Hágase conmigo
conforme a tu palabra.
¿Era fácil para María obedecer la voluntad de Dios
para su vida? Por supuesto que no.
Estaba desposada por José, se arriesgaba, no solo a ser rechazada por su
esposo, sino a ser vituperada, vilipendiada, echada de la comunidad, y además
lapidada. Aparentemente su vida se
destruiría, sus planes y ella misma podría terminar destrozada. Pero no fue
así. Porque Dios la tenia a ella, para
sus planes soberanos y maravillosos.
Ella le creyó a Dios, descansó en su voluntad y sometió su entendimiento
a la revelación.
El Señor mismo se encargo del resto. Déjeme a José por mi cuenta dijo el Señor, en
caso que quisiera dejarla secretamente.
Por eso a María, la llamamos bienaventurada todas las generaciones. Porque Dios hizo cosas poderosas en ella, con
ella y a través de ella. ¿Cuál fue la
virtud de María? Que estuvo dispuesta a obedecer. Porque la obediencia es fe en
acción. Porque sujeto su voluntad a la
voluntad de Dios; le creyó al especialista de los imposibles, sometió su
entendimiento a la revelación.
El problema que tienen muchos, es que en lugar de
someter su entendimiento a la revelación, comienza a racionalizar, a ocasionar
que su razón choque con la revelación, su lógica con la fe; comienza a
justificar su rebeldía, su incredulidad o su pecado. Usted esta en su derecho en preguntarle a Dios,
¿Y como será esto? ¿Cómo puede ser posible esto? ¿Cómo no logro esto? Pero no
caiga en la racionalización, no permita que su lógica le enceguezca para ver
las maravillas de Dios. Recuerde que el especialista de los imposibles.
Fue Dios quien eligió a María para sus planes
soberanos, fue el quien le revelo a Simón la identidad de su Hijo, y a través
del hijo, le revelo a Simón, que seria Pedro en los planes de Dios, y que sobre
esa convicción, construiría su iglesia.
¿A quienes es a quien Dios revela su voluntad? A quienes renuevan su mente, a quienes
someten su entendimiento a la revelación y están dispuestos a vivir de forma
sobrenatural y Revelacional. A quienes
se arriesgan a creerle a Dios, a quienes se matriculan en la escuela de la fe.
Si el Señor quiere torcernos nuestros planes para
enderezarnos la vida, ¿Por qué impedir que lo haga? Que cual vasija de barro
nos rompemos, no debemos temer, porque estamos en sus manos, y el excelente
alfarero, puede hacerse una vasija nueva y mejor. Es tiempo, que ya no se conforme a este
siglo, sino que se transforme, por medio de la renovación de su entendimiento,
para que compruebe cual es la buena voluntad de Dios, agradable y
perfecta. Que usted le pueda decir al Señor
como María: “he aquí, el siervo, o la sierva del Señor, hágase conmigo conforme
a tu palabra”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario