PREPARANDO EL CORAZON PARA SUBIR A JERUSALEN

PREPARANDO EL CORAZON PARA SUBIR A JERUSALEN
"Y abiertas las ventanas de su cámara que daban hacia Jerusalen, se arrodillaba tres veces al día, y oraba y daba gracias delante de su Dios, como lo solía hacer antes". (Daniel 6:10b)

miércoles, 14 de agosto de 2013

LUGARES DE ENCUENTRO CON DIOS PARTE 3


El  monte como lugar de tratamiento

Génesis 32:22-31

22 Y se levantó aquella noche, y tomó sus dos mujeres, y sus dos siervas, y sus once hijos, y pasó el vado de Jaboc. 23 Los tomó, pues, e hizo pasar el arroyo a ellos y a todo lo que tenía. 24 Así se quedó Jacob solo; y luchó con él un varón hasta que rayaba el alba. 25 Y cuando el varón vio que no podía con él, tocó en el sitio del encaje de su muslo, y se descoyuntó el muslo de Jacob mientras con él luchaba. 26 Y dijo: Déjame, porque raya el alba. Y Jacob le respondió: No te dejaré, si no me bendices. 27 Y el varón le dijo: ¿Cuál es tu nombre? Y él respondió: Jacob. 28 Y el varón le dijo: No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel;[a] porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido. 29 Entonces Jacob le preguntó, y dijo: Declárame ahora tu nombre. Y el varón respondió: ¿Por qué me preguntas por mi nombre? Y lo bendijo allí. 30 Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar, Peniel;[b] porque dijo: Vi a Dios cara a cara, y fue librada mi alma.  31 Y cuando había pasado Peniel, le salió el sol; y cojeaba de su cadera.

Entre los lugares de encuentro con Dios, hay uno muy destacado en la Biblia, llamado PENIEL.  Jacob se levantó una noche, dejó su familia en el valle, y se dirigió a Peniel.  Ya Dios se le había manifestado en otras oportunidades, ya se le había hablado en otros lugares, como es el caso de Betel (Casa de Dios)

Dice la escritura, tomos a sus dos mujeres, a sus once hijos, a sus siervos, y paso el vado de Jaboc, los tomó pues, y  los hizo pasar a ellos y a todo lo que tenía.  Y en el vers. 24, comienza el énfasis que vamos a estudiar, “así se quedó Jacob solo”.

Cuando tomamos la decisión de recibir el tratamiento de Dios, debemos entender algo, lo que pasa con mi vida, lo que ha pasado, lo que va a pasar, tiene un responsable, yo mismo. Y debo asumir la responsabilidad. El tratamiento se recibe a nivel personal.

A veces uno quisiera que los demás cambiaran.  La mala noticia, es que tal vez los demás no van a cambiar; o al menos, ellos cambiaran el día que decidan hacerlo.  La buena noticia, es que, así ellos no cambien, esto no me tiene que afectar. Pero cuando, no me afecta, cuando el que cambio soy yo.

La Teoterapia es el tratamiento de Dios al hombre, a la persona, al individuo; cuando estamos casados, somos “una sola carne”, pero el tratamiento que recibe cada uno es el que necesita de manera particular.  En algunas ocasiones se recibe un tratamiento en pareja, pero no se puede perder de vista la escala del individuo.

Llega un momento en la vida en que debo entender eso, que debo ir a presentarme a Dios.  Tal vez en representación de otros; pero la Teoterapia, el tratamiento es para mi vida y yo lo tengo que recibir.  Por eso Jacob dijo a sus mujeres, a sus once hijos, a sus siervos que siguieran, porque era un asunto que debía tratar entre Dios y el.

Es un  asunto que se debe resolver con Dios; el tratamiento es individual, personal.  Primera característica cuando vayamos al monte a recibir tratamiento, ES UNA DECISION PERSONAL.  Que el otro no quiere, que no se ha dispuesto, es problema de él.  Ya más adelante querrá, se lo revelará el Señor; pero si ya lo entendí; mas como en el caso de Jacob, que era cabeza de familia, se debía presentar.

No es esperar que el otro quiera para entonces querer yo.  No puedo esperar que el otro arranque para solo entonces arrancar yo.  Entonces, dice la Biblia, que Jacob se quedó solo, y luchó con el un varón, hasta que rayaba el alba.  Y aquí viene otro aspecto, la Biblia lo llama LUCHA

¿Qué es una lucha? Una confrontación. Y a veces cual es la gran lucha con Dios. Los deseos del espíritu que se oponen a los deseos de la carne.  Batallan en el interior.  Tal vez, cuando uno va al monte, no va a luchar con un ángel, como le sucedió a Jacob, pero si va a enfrentar una batalla, los deseos de la carne que se oponen a los del espíritu. Hay una lucha interior entre el viejo y el nuevo hombre.  Entre esa vieja naturaleza que se resiste a ser vencida, y esa nueva naturaleza, que tímidamente se manifiesta para ser luego victoriosa.

En el monte se enfrenta una lucha, y a veces esta es, y Jesús la vivió en Getsemaní, en relación a conocer la voluntad del Padre. “Pero que no se haga mu voluntad, sino la voluntad del que me envió”.  La lucha también es eso, una confrontación, un conflicto entre los pensamientos de Dios y mis pensamientos. 

Una  lucha entre ese corazón duro, y un corazón que quiere ser  de carne; la lucha que vivió Pablo en Romanos 7; entre hacer lo que se quiere y hacer lo que no se quiere: Una lucha entre ese hombre carnal y el espiritual.  Hay dos pueblos dentro de mí luchando. Hay una  lucha, una confrontación, un conflicto, un forcejeo.

“Y cuando el varón vio  que no podía con él, tocó el sitio de su muslo”, ¿esto que representa? La debi8lidad de la carne.  Tal vez Usted no será tocado como lo fue Jacob, pero en Usted y en mí, si sale a relucir algo, la carne, La debilidad.  “Porque a la verdad el espíritu está dispuesto pero la carne es débil”.

El muslo descoyuntado representa eso, que muchas veces queremos hacer lo que Dios nos dice, pero el carne, esa parte humana, que no se facilita: Entonces, dice que independiente que fue descoyuntado, el siguió luchando.  Y ese es el gran ejemplo que nos da Jacob.

El gran ejemplo, que a pesar de la debilidad humana, de la carne, que se resiste; los deseos de la carne que resisten a los del espíritu, no me voy a dejar doblegar.  Él se impuso al dolor, a la fatiga, al cansancio, a ser descoyuntado.

El se descoyuntado, también tiene una aplicación, y es la CIRUGIA, que él quiere hacer en nuestro corazón. ¿Qué es descoyuntar? Sacar algo que esta enquistado, empotrado.  No es que Dios nos va a descoyuntar como Jacob, pero su va a sacar algo que está bien guardado en el corazón, y eso duele.

Renunciar a algo que lo tengo bien guardado, duele mucho.  Renunciar a alguien que no me conviene; pero que no es la persona que Dios tiene para mí, y él se ve en la necesidad de descoyuntarme en el corazón.  A sacarme de un estilo de vida que no es, y eso duele.

“Déjame porque raya el alba.  Y Jacob dijo: No te dejaré sino me bendices”.  Es la determinación, la decisión de un hombre a ser liberado, ser sano.  Y cuando uno va al monte, es como cuando vamos a Israel; uno no hace semejante viaje, inversión, para regresar igual.  ¿Vamos a ese lugar a recibir la bendición, a recibir la cirugía en el corazón.

“Y el varón le dijo, ¿Cuál es tu nombre? Y el le dijo: Jacob. ¿Qué significa Jacob? Engañador, usurpador, mentiroso, tramposo. La vida se había caracterizado por eso. Hizo honor a su nombre; todo lo consiguió a base de trampas, engaños, mentiras; líos, conflictos; a donde iba cazaba peleas.  Siempre con enemigos, peleas; a donde iba, no salía bien.

Y el estaba cansado de eso; quería liberarse; ya no quería seguir llevando esa vida que había llevado siempre.  El ya no quería esa vida, quería que su vida diera un giro, él quería un cambio.  Anhelaba tener su familia, tener lo suyo, lo propio;: tener una vejez feliz, y por eso. Se regresó de donde Laban, porque quería tener su casa, su familia.

Pero él sabía, que así tuviera una casa, y una tierra, si él seguía siendo el mismo bribón que siempre había sido, no sería feliz.  No era la casa, ni el lugar, ni irse a otra tierra lo que lo iba a ser feliz; así estuviera en la tierra prometida, así estuviera en su casa propia. 

Su problema no era externo, sino interno. Y por eso antes de cruzar hacia la tierra de Israel se sube a Peniel y allí el Señor lo confronta.  ¿Cuándo le dice, quien eres tú? Le está recordando su realidad; como había sido su vida desde su nacimiento.

Y al decir, Jacob, lo que está diciendo, es “mi vida ha sido un problema permanente”, pero ya no quiero más.  No quiero ser más Jacob, entonces le dice, “y el varón le dijo: No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel porque has luchado con Dios y has vencido (18:30)

Y allí se da e cambio, una nueva identidad, una nueva vida, ya no más Jacob, sino Israel, ya un líder vencido sino uno que vence; ya no esclavo sino heredero y libre. 

“Jacob, le dijo: declárame el nombre. Y el varón le dijo: ¿Por qué me preguntas por mi nombre? Y lo bendijo allí”.  ¿A qué vamos al monte? A recibir la bendición, el tratamiento, la sanidad. 

“Y llamó Jacob, aquel lugar, Peniel, porque dijo: Vi a Dios cara a cara y fue librada mi alma”.  Eso es lo que sucede en Peniel, en el lugar de encuentro con Dios, a eso va uno al monte del tratamiento, a tener un cara a cara con Dios.

Esto es como en esos programas televisivos, que tienen una cara a cara, que se dicen la verdad.  A eso voy, a decirle mi verdad a Dios, y a que Dios me diga su verdad.  Y soy libre, porque la verdad me hace libre.  Cuando conozco la verdad de Dios, el me hace libre.  “Y fue librada mi alma”

Ese hombre salió nuevecito, nueva mente, nueva alma, nuevo corazón, nueva voluntad, nueva actitud, nuevo lenguaje, renovado. ¿A qué va uno al monte? A que Dios nos renueve, a que Dios nos revele.

“Y cuando había pasado Peniel, le salió el sol”, aplíquele la simbología a esto, para que nos salga el sol, hay que pasar por Peniel.  Muchos venimos de noches largas, oscuras.  Solo quien pasa por Peniel, le sale el sol.

“Y cojeaba de su cadera”. ¿Por qué cojeaba? Porque Dios le dio una marca.  Uno va al monte as que Dios lo marque.  No es que va a salir cojeando, Dios va a poner una marca, no en la cadera, pero si en el corazón.

A eso vamos al monte; todavía estamos a tiempo, si todavía puede subirse al bus, no se pierda esa oportunidad. Cada día trae su afán, el mañana es una expectativa. Nadie está seguro de lo que pasara mañana.  Lo que cuenta es aquí y ahora.  El mañana está en las manos de Dios.  “Si Dios quiere, (dice Santiago) haremos esto o aquello”, lo único con que realmente cuento, es el aquí y el ahora. La decisiones que tome hoy; eso si, lo que siembre hoy, lo voy a cosechar mañana.

 

 

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario