Lugares de encuentro con Dios
En la antigüedad, no sucede
como hoy que contamos con sinagogas, iglesias, templos, oratorios, lugares
bonitos, acondicionados, para que las personas se puedan encontrar con Dios.
Hay algunos que son
reconocidos como maravillas arquitectónicas.
La gran mayoría de las maravillas arquitectónicas de la humanidad, están
relacionadas con lugares religiosos. Me
atrevería a decir, que Dios inspiró a estos hombres, para que a través de sus
obras, su nombre fuera exaltado.
Pero en la antigüedad no era
así; los lugares en los cuales Dios se manifestaba, en los cuales hablaba con
sus escogidos, eran naturales, abiertos; como montes, valles, desiertos.
Hoy, por la gracia de Dios,
y gracia a que nuestro Señor nos abrió camino al Padre, cualquier persona, en
cualquier momento y lugar se puede acercar a Dios; pero en la antigüedad no era
así.
Era Dios quien elegía a una
persona, un lugar y un momento para hablar con él. No era en cualquier momento,
ni lugar; era donde Dios lo decía.
Primero fueron ligares abiertos, naturales, ya luego Dios instruyo a
Moisés a construirle un Tabernáculo y posteriormente, acepto, que David, más
exactamente, Salomón, le edificara un Templo a El.
Per Dios siempre fue amigo
de lugares abiertos, naturales, y estos lugares los escogía Dios, no el hombre.
Por ejemplo, cuando en el caso de Moisés, el subía al monte, no cuando el quería,
sino cuando Dios se lo decía. Independiente de lo que Moisés estuviera
haciendo, así estuviera muy ocupado; el Señor le decía sube al Monte, y el decidía
cuanto tiempo debía permanecer Moisés en el Monte. Y a veces paso allá hasta 40 días y 40
noches.
En la antigüedad no
existían, como si los hay hoy en día, lugares de oración y de culto. Están lugares naturales, abiertos, y en esos
lugares, Dios se manifestaba a una persona específica, en un momento especifico
y para un propósito especifico. Para
recibir el Rhema de Dios, su palabra.
Solo que en esos lugares no
solo Dios hablaba, también en esos lugares, estos hombres construían altares, y
ofrecían sacrificios a Dios. Y una vez que ofrecían sacrificios y elevaban sus
plegarias, se quedaban esperando que Dios les hablara y regresaban con
instrucciones precisas. Y en la Biblia,
encontramos muchos casos, hombres que fueron a llugares a quien Dios les habló
y regresaron con instrucciones en su corazón.
los hombres de Dios, eran
escogidos por el para el comunicarles su voluntad. En esa época, no existían lugares de oración
como existen hoy en día (iglesias, sinagogas, oratorios), los lugares de
encuentro eran los Montes. Dios elegía
un hombre, un Monte y un momento para tener un “cara a cara” con
esa persona y glorificarse en aquel que le buscaba en la intimidad.
Lo primero, es entender que
Dios tiene un plan soberano con nosotros; las personas a diferencia de Dios,
tenemos muchos planes, muchas alternativas, por eso se nos genera confusión;
Plan A,B,C. Dios tiene un Plan, el no
cambia de parecer.
Nosotros tenemos muchos
caminos, y eso es lo que nos hace cambiar de parecer; Dios tiene un camino;
Jesús “es el camino, la verdad y la vida”.
Dios no tiene opciones; aunque el si nos lleva a elegir entre el
bien y el mal; entre la vida y la
muerte.
En Génesis 18:17-19,
encontramos a Dios en una especie de monologo, diciendo lo siguiente: “….” Dios
tiene un plan.
Dice la Biblia (Vers. 1), que Dios se le apareció a
Abraham en el Encinar de Mamre, ya Dios había se le había aparecido dos veces a
Abraham en este lugar; comunicándole su voluntad y hablándole sobre la promesa
que le daría un hijo, Isaac. En ese
lugar, Abraham construyó altar a Dios y allí vivió en diferentes momentos de su
vida. Se volvió un lugar muy importante para el; ¿Por qué encinar? Porque era
un bosque, un lugar donde había muchos árboles.
, donde había muchos árboles.
En ese lugar Abraham tenía
encuentros personales con Dios. (Gen. 13:18), era un lugar de encuentro con
Dios. Y lo convirtió en un lugar de habitación.
Mamre, un lugar cerca de Hebrón, y sabemos lo importante que es este
lugar en la Biblia.
La principal necesidad que
tiene un hijo de Dios, es conocer la voluntad de Dios para su vida, su
felicidad y realización persona estará determinada por eso. Dios tenía planes con El. Por eso dice, “¿Cómo voy a encubrir algo a
Abraham, si él será padre de naciones?”
El consideraba a Abraham como su amigo, lo mismo sucedió con Moisés. En
el monte uno tiene amistad con Dios.
Dios en el monte habla con
uno como un amigo, como un padre; no encubre, antes descubre, revela el plan
que tiene para sus hijos. Vemos que Dios
tenía un Plan con Abraham. ¿Por qué no
tenía reservas con él? Lo tenía como un socio, quería que Abraham confiara en
él. “¿Cómo encubrirle, si él va a ser mi instrumento?”
Dios confiaba en Abraham, él
sabía que era un hombre de fe, un hombre íntegro, comprometido, y un sacerdote
en su casa. (Vers. 19) “Porque yo se que
mandará a sus hijos, y a su casa después de si, que guarden el camino de
Jehová, haciendo justicia y juicio, para que haga venir Jehová sobre Abraham lo
que ha hablado acerca de él”. El sabia,
que una vez que el recibiera la visión, a los primeros que comunicaría esa
visión, sería a sus hijos, a los de su casa.
Este hombre, que lo tengo
para cosas grandes, es un hombre digno, un hombre íntegro, un sacerdote, y se
que al darle la visión, a los primeros que va a meter en la visión, será a sus
hijos y a los de su casa; y va a asegurarse que guarden mi camino, haciendo
justicia y juicio. Para que haga venir,
sobre él lo que le había prometido.
Dios sabia, que él no se iba
a quedar con la visión, sino que la iba a comunicar,. Y eso es lo que Dios quiere; que la visión
que viene de Dios, no la guardemos, sino que la comuniquemos. La luz no es para
guardarse, encubrirse, sino para revelarse, manifestarse al mundo, para darla a
conocer.
Aun hagamos esa reflexión,
¿hemos metido en las visiones de Dios, en la revelación de Dios, a los de nuestra propia
casa? Porque a veces somos luz de la calle, pero oscuridad de la casa.
Estos lugares son elegidos
por Dios, no por el hombre (Éxodo
3:1-10)
“Apacentando Moisés las ovejas de Jetro su
suegro, sacerdote de Madián, llevó las ovejas a través del desierto, y llegó
hasta Horeb, monte de Dios. 2 Y se le apareció el Ángel de
Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza; y él miró, y vio que la
zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía. 3 Entonces
Moisés dijo: Iré yo ahora y veré esta grande visión, por qué causa la zarza no
se quema. 4 Viendo Jehová que él iba a ver, lo llamó Dios de en
medio de la zarza, y dijo: !!Moisés, Moisés! Y él respondió: Heme aquí. 5 Y
dijo: No te acerques; quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tú
estás, tierra santa es. 6 Y dijo: Yo soy el Dios de tu padre,
Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob. Entonces Moisés cubrió su
rostro, porque tuvo miedo de mirar a Dios. 7 Dijo luego Jehová:
Bien he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su clamor
a causa de sus exactores; pues he conocido sus angustias, 8 y
he descendido para librarlos de mano de los egipcios, y sacarlos de aquella
tierra a una tierra buena y ancha, a tierra que fluye leche y miel, a los
lugares del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del heveo y del
jebuseo. 9 El clamor, pues, de los hijos de Israel ha venido
delante de mí, y también he visto la opresión con que los egipcios los oprimen.
10 Ven, por tanto, ahora, y te enviaré a Faraón, para que
saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel”.
Estando Moisés en el
desierto, apacentando las ovejas de Jetro su suegro; llevó las ovejas por el
desierto, hasta Horeb, monte de Dios.
Era un lugar escogido por Dios, Y se le apareció el ángel de Dios, quien
llamó su atención a través de una zarza que ardía pero no se consumía. (Vers. 2-3) ¿Qué sucedió en ese lugar?
Veamos entonces las
características de un lugar escogido por Dios:
En primer lugar, es un lugar
donde Dios se manifiesta sobrenaturalmente, una zarza que arde y no se consume.
En segundo lugar, en ese
lugar Dios nos llama, habla a nuestro corazón.
En ese lugar donde Dios llama nuestra atención, para que me concentre, y
me recuerda que ese lugar es santo. No
porque la tierra posea algunas características o propiedades especiales; sino,
porque el que se ha manifestado en ese lugar es el Dios santo.
Y algo bien interesante, le
dice: “Yo soy el Dios de tus padres, de Abraham, de Isaac y de Jacob”. En los lugares de encuentro con Dios, donde
el habla a sus hijos, él nos recuerda nuestras raíces. ¿Por qué Dios le
recuerda a Moisés sus raíces?
·
Él había nacido en Egipto, y había estado en
ese lugar 40 años
·
Había salido de Egipto a Madian, y había
estado allá otros 40 años
¿Cuánto tiempo llevaba
Moisés lejos de su parentela, de su herencia, de sus raíces? Ochenta años. Cuando uno está en un lugar de encuentro con
Dios, lo el que hace es recordarle sus
raíces, le habla de su llamado; le habla de sus propósitos, del plan que tiene
con uno.
Y comienza a decirle a
Moisés, que se ha dado cuenta de la situación que viven los hebreos en Egipto,
y como su clamor había llegado hasta él. “Ven por tanto ahora,
y enviarte he á Faraón, para que saques a mi pueblo, los hijos de Israel, de
Egipto”,
¿Eran esos los planes de
Moisés? El ni se lo imaginaba eso. Pero en el lugar santo, santísimo, donde él
se manifiesta, él le revela su voluntad, él le muestra que lo tiene para cosas
grandes.
Era tan pobre la visión de Moisés,
que su respuesta es, “¿Quién soy yo para que vaya a faraón y saque de Egipto a
los hijos de Israel?”. Le dice: “Ve, yo estaré
contigo”. Y allí comienza un proceso,
donde Dios queriéndolo meter a él en la visión, y Moisés queriendo salirse.
En el lugar santo, me llama,
trata conmigo, me recuerda mis raíces, me muestra el plan y como soy protagonista
en los planes de Dios.
Hay lugares donde Dios ha
puesto su nombre. (Deuteronomio 12:5)
Hay un lugar por excelencia que Dios ha escogido en todo el planeta,
para poner allí su nombre, y ese buscaremos y allá iremos. ¿Cuál? Israel
Dios escogió un lugar para
que sus hijos vayan a ese lugar, le invoquen, estén con él; allá nos quiere
llevar, al monte Moriah, al monte de Sion.
Él nos quiere llevar a esos
lugares para recrearnos, escuchar nuestras oraciones, aceptar nuestros
sacrificios (Isaías 56:6-7) Está
hablando de Jerusalén.
En el caso de la familia
Centi, Dios nos ha dado un lugar, si por alguna razón no podemos ir a Israel,
tenemos otro lugar, El redil. No tienen
que pasar muchos años para que uno decida ir al Redil. Muchos lamentan, no haber ido antes.
En estos lugares él nos
RENUEVA y nos REVELA (Isaías 55:8-11)
Que nos muestre como lo hizo con Moisés. ¿El plan de Dios era que Moisés
se pasara la vida las ovejas de su
suegro? ¿En una tierra ajena, lejos de sus raíces? El plan de Dios era hace de Moisés uno de los
grandes de la Biblia, y de la historia.
Todo el derecho es inspirado en Moisés.
Tenemos que renovarnos, porque
los pensamientos de Dios no son nuestros pensamientos, ni los caminos de Dios,
son nuestros caminos.
Quien sabe qué planes tiene
Dios con nosotros, pero a eso vamos, porque en estos lugares y tiempos íntimos
con Dios, él nos RENUEVA y NOS REVELA sus propósitos soberanos. Debemos ajustar
nuestra conciencia a los parámetros de Dios Lo primero es ajustarnos a
los planes de Dios y no ajustar a Dios a nuestros planes. Por eso debemos
renovar la mente.
Los planes de Dios siempre
serán mejores que los nuestros (Jeremías 29:11), hacer la voluntad de Dios no
es gravoso, porque es agradable y perfecta.
Vamos al Monte a tomar visión y revelación de Dios para nuestra vida.
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