PREPARANDO EL CORAZON PARA SUBIR A JERUSALEN

PREPARANDO EL CORAZON PARA SUBIR A JERUSALEN
"Y abiertas las ventanas de su cámara que daban hacia Jerusalen, se arrodillaba tres veces al día, y oraba y daba gracias delante de su Dios, como lo solía hacer antes". (Daniel 6:10b)

miércoles, 14 de agosto de 2013

LUGARES DE ENCUENTRO CON DIOS PARTE 2


El monte, lugar de provisión

Una de las características que tiene el Señor, es que él es dador, galardonador de los que le buscan, (Hebreos 11:6)  ¿A quien se le manifiesta Dios con sus dones y galardones? Al que le busca, al que le cree, al que se acerca a Dios. Y es una regla: “Alguno tiene sed, venga a mi beba”.  Hay que buscar a Dios, “buscad a Dios mientras pueda ser hallado, entre tanto está cercano”.

Génesis 22

Aquí comienza la historia, Dios probando el corazón de sus hijos. Algunos dirán, ¿las pruebas son necesarias? En la vida de fe, tenemos son pruebas; las gentes del mundo, tienen problemas.  Los hombres y mujeres de fe tenemos pruebas, desafíos, unas son fáciles de superar, otras son más difíciles.

Pero son pruebas, situaciones en las cuales se está probando nuestra fe; en la prueba se comprueba la misericordia de Dios.  Entonces, muchas veces, el Señor desafía nuestra vida con pruebas. En las pruebas Dios está presente.

Dios decidió probar a Abraham, ¿Por qué Dios prueba a una persona? Porque eso es como en el colegio. Las pruebas son como en el colegio, cuando un estudiante presenta un examen de suficiencia y lo aprueba, está listo para pasar a un siguiente nivel.  Dios prueba, no para hacernos perder exámenes, sino para demostrar conocimiento, y asegurarse que está listo para un desafío mayor.

Abraham tenía que ser probado, para que quedara constancia, que estaba listo para un desafío mayor. Dios le dice: “Abraham”, porque la prueba incluye el llamado de Dios a una persona especifica.  Y le dijo: “toma a tu hijo, a tu único, a quien amas, a Isaac, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo en uno de los montes que yo te diré”.

¿Por qué Dios elige a Isaac? Porque Dios está probando el corazón de Abraham. Por eso fue Isaac y no fue Sara.  Si Dios le hubiera dicho, ofrece a Sara, seguramente Abraham, le hubiera respondido: “con mucho gusto”, “ya o de una vez”, “tiene que ser mañana no puede ser hoy”, “esos son los desafíos que me gustan”.  Era Isaac, porque donde esta nuestro tesoro, allí está nuestro corazón. Y lo que Dios prueba es el corazón.

Al ser “Isaac”, está tocando la “niña de nuestros ojos”, lo que más amamos. Lo que no permitimos que nadie toque.  Y en este caso, Isaac, toma una connotación especial para nosotros los cristianos. ¿Cuál es mi “Isaac”? Puede ser mi casa,  mi negocio, mi empresa, mi esposa, mis hijos, mi familia, mi ministerio, tenemos tantos “Isaac”. Mi puesto en la empresa.  Lo que se nos dio en administración, lo escrituramos y nos adueñamos.

Un distrito, puede ser mi “Isaac”, nadie me toca mi distrito, porque es mío. Por eso, le dice, sacrifícame tu único, que amas.  ¿Y que hizo Abraham? Guardó silencio, no discutió con Dios; y de esta manera, Abraham, está dando muestras de madurez.  La primera muestra de madurez es cuando uno no discute con Dios.

Una evidencia de obediencia revelacional, es cuando uno ya no entra a discutir o pleitear con su hacedor: “Pero, ¿Por qué?”, “Pero, si es ¡mi hijo!”, “pídeme otra cosa, pero no a mi hijo”; “no te metas con él”.  Abraham guarda silencio.  Obedece.

“Se levantó muy de mañana”, segunda muestra de madurez. No solo obedece, sino que lo hace de manera diligente. Él se levanta, enalbardo su asno, tomo consigo a dos de sus siervos. Hizo lo que se le dijo, y lo hizo rápido. Va al lugar que Dios le señala.  A veces., uno le dice a una persona, ve a ese lugar para que Dios te bendiga, pero la persona hace todo lo contrario.

“Al tercer día, alzó los ojos y vio el lugar de lejos”. Abraham, tuvo suficiente tiempo para devolverse; para decir, mejor no. pero Abraham era de los que no se devuelven, de los que no retroceden; de los que no se rinden, de los que no renuncia, de los que siguen adelante.  Tuvo tiempo suficiente para regresarse, pero no lo hizo.  No era fácil lo que estaba haciendo o por lo que estaba pasando.

“Después dijo Abraham a sus siervos: Esperad aquí, iremos allí con el muchacho, adoraremos y volveremos a vosotros”.  Un hombre de fe, el sabia en el fondo de su corazón que Dios no le iba a fallar. Pero él seguía haciendo su tarea.

Mientras uno haga lo que Dios le ha encomendado, mientras siga dirección, haga lo que se le dice; uno sabe que Dios no le va a fallar. 

“Entonces, habló Isaac a su padre”; y este es el momento más difícil, porque hay un momento en toda decisión, en el que uno puede flaquear; en que le tiembla la mano.  Cuando uno está despidiendo a alguien, le dice: “Mejor no te vayas, mejor quédate”.  Allí flaqueo.  Uno tiene, infortunadamente, que no son fáciles de tomar.

Se dice que, la jerarquía, el talante de un Gerente se prueba al despedir un empelado, o un padre cuando tiene que disciplinar a un hijo; es doloroso.  Uno no quisiera hacer sentir mal a nadie, pero a veces es necesario; y es allí cuando uno puede flaquear, dar el brazo a torcer; y no hace lo que tiene que hacer.

A veces el padre o la madre tienen que tomar decisiones definitivas, pero a la hora de la decisión, flaquea. “quédate diez años más”. 

“Padre mío… ¿dónde está el cordero para el holocausto?”  Que interesante la respuesta; allí se está probando el corazón de Abraham. ¿En qué responde?  A veces, porque nos tocan lo que más amamos, la “niña de nuestros ojos” decimos cosas que no son sabias.  Damos respuestas desafortunadas; adoptamos actitudes de víctimas, como si nos estuvieran maltratando.

Podemos dar una visión desconsiderada de Dios, una visión incorrecta de la paternidad de Dios. Abraham  pudo haberle dicho a si hijo, que Dios le había perdido que o sacrificara, ¿Qué visión se hubiera hecho Isaac de Dios?  Hay que tener mucho cuidado sobre lo que comunicamos a otros.

“Dios se proveerá de cordero para el holocausto”.  Cuando se vive en la dimensión de la fe, de la obediencia, de descansar en las promesas de Dios; de creerle a Dios. ¿Qué Respondió Abraham? Esto tiene que ver con probar el corazón.  A veces las pruebas sirven para descubrir lo que hay en el corazón. Es en las dificultades de la vida, que uno se da cuenta donde está parada la persona.

Dice la escritura, “de la abundancia del corazón, habla la boca”, y es en las pruebas, donde se sabe quién es quién; por lo que dice, uno sabe que hay en ese corazón.  Hay cosas que no se le pueden contar a todo el mundo; para que dañarle el corazón.

“Y edifico un altar…y ató a Isaac y lo puso en altar sobre la leña”; dolorosa esa parte. El está ofreciendo su hijo a Dios. Y así el sacrificio se hubiera consumado, el entrego a Dios lo que más amaba.  A veces, tenemos el corazón puesto en las riquezas, y nos cuesta ofrecerle al Señor, pero terminamos gastando en tonterías.

“Entonces el ángel de Jehová dio voces desde el cielo…no extiendas tu mano sobre el muchacho, porque ya conocemos que eres temeroso de Dios”. ¿La prueba iba orientada a qué? ¿A un desprendimiento? ¿A un desapego?  A dejar constancia que era un hombre temeroso de Dios. Y esto es algo que me debo preguntar; ¿Si Dios me hiciera una prueba, para ver que tanto soy temeroso de Dios, pasaría el examen?

Como supo el ángel, que Abraham estaba listo, porque no rehusó a su hijo, a su único. Cuando uno tiene reservas con Dios; cuando le entrega todo, lo que más ama; Dios provee.  A espaldas de Abraham, había un carnero engarzado.

La provisión que más necesitamos, la tenemos a un lado, a las espaldas; pero uno está embelesado, tan enfrascado, que no se da cuenta.  ¡Pero cuando se dio cuenta? Cuando alzó sus ojos.  Y llamo Abraham el nombre de aquel lugar: “Jehová Jireh”, que significa, “en el monte de Jehová será provisto”.

¿A que provisión se refiere la Palabra de Dios? ¿La provisión de Dios es el carnero? En realidad es mucho mas que eso. Primero preservo la vida de su hijo; Segundo, preservó el llamado a Abraham.  Y como Abraham fue obediente, Dios le dio toda la riqueza del cielo.  

Esa fue la provisión, no el carnero sino la bendición. UN cheque en blanco que lo siguió cobrando ese cheque. Para el y para su descendencia.   Para quienes somos del linaje de Abraham. Somos una de esas estrellitas; luego, la provisión es hasta hoy.  ¿A qué vamos al monte, al lugar de encuentro con Dios?

1.       A probar nuestro corazón

2.       A dejar constancia que somos los del linaje.

3.       A recibir la bendición y de la provisión.

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