PREPARANDO EL CORAZON PARA SUBIR A JERUSALEN

PREPARANDO EL CORAZON PARA SUBIR A JERUSALEN
"Y abiertas las ventanas de su cámara que daban hacia Jerusalen, se arrodillaba tres veces al día, y oraba y daba gracias delante de su Dios, como lo solía hacer antes". (Daniel 6:10b)

miércoles, 14 de agosto de 2013

LUGARES DE ENCUENTRO CON DIOS PARTE 3


El  monte como lugar de tratamiento

Génesis 32:22-31

22 Y se levantó aquella noche, y tomó sus dos mujeres, y sus dos siervas, y sus once hijos, y pasó el vado de Jaboc. 23 Los tomó, pues, e hizo pasar el arroyo a ellos y a todo lo que tenía. 24 Así se quedó Jacob solo; y luchó con él un varón hasta que rayaba el alba. 25 Y cuando el varón vio que no podía con él, tocó en el sitio del encaje de su muslo, y se descoyuntó el muslo de Jacob mientras con él luchaba. 26 Y dijo: Déjame, porque raya el alba. Y Jacob le respondió: No te dejaré, si no me bendices. 27 Y el varón le dijo: ¿Cuál es tu nombre? Y él respondió: Jacob. 28 Y el varón le dijo: No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel;[a] porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido. 29 Entonces Jacob le preguntó, y dijo: Declárame ahora tu nombre. Y el varón respondió: ¿Por qué me preguntas por mi nombre? Y lo bendijo allí. 30 Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar, Peniel;[b] porque dijo: Vi a Dios cara a cara, y fue librada mi alma.  31 Y cuando había pasado Peniel, le salió el sol; y cojeaba de su cadera.

Entre los lugares de encuentro con Dios, hay uno muy destacado en la Biblia, llamado PENIEL.  Jacob se levantó una noche, dejó su familia en el valle, y se dirigió a Peniel.  Ya Dios se le había manifestado en otras oportunidades, ya se le había hablado en otros lugares, como es el caso de Betel (Casa de Dios)

Dice la escritura, tomos a sus dos mujeres, a sus once hijos, a sus siervos, y paso el vado de Jaboc, los tomó pues, y  los hizo pasar a ellos y a todo lo que tenía.  Y en el vers. 24, comienza el énfasis que vamos a estudiar, “así se quedó Jacob solo”.

Cuando tomamos la decisión de recibir el tratamiento de Dios, debemos entender algo, lo que pasa con mi vida, lo que ha pasado, lo que va a pasar, tiene un responsable, yo mismo. Y debo asumir la responsabilidad. El tratamiento se recibe a nivel personal.

A veces uno quisiera que los demás cambiaran.  La mala noticia, es que tal vez los demás no van a cambiar; o al menos, ellos cambiaran el día que decidan hacerlo.  La buena noticia, es que, así ellos no cambien, esto no me tiene que afectar. Pero cuando, no me afecta, cuando el que cambio soy yo.

La Teoterapia es el tratamiento de Dios al hombre, a la persona, al individuo; cuando estamos casados, somos “una sola carne”, pero el tratamiento que recibe cada uno es el que necesita de manera particular.  En algunas ocasiones se recibe un tratamiento en pareja, pero no se puede perder de vista la escala del individuo.

Llega un momento en la vida en que debo entender eso, que debo ir a presentarme a Dios.  Tal vez en representación de otros; pero la Teoterapia, el tratamiento es para mi vida y yo lo tengo que recibir.  Por eso Jacob dijo a sus mujeres, a sus once hijos, a sus siervos que siguieran, porque era un asunto que debía tratar entre Dios y el.

Es un  asunto que se debe resolver con Dios; el tratamiento es individual, personal.  Primera característica cuando vayamos al monte a recibir tratamiento, ES UNA DECISION PERSONAL.  Que el otro no quiere, que no se ha dispuesto, es problema de él.  Ya más adelante querrá, se lo revelará el Señor; pero si ya lo entendí; mas como en el caso de Jacob, que era cabeza de familia, se debía presentar.

No es esperar que el otro quiera para entonces querer yo.  No puedo esperar que el otro arranque para solo entonces arrancar yo.  Entonces, dice la Biblia, que Jacob se quedó solo, y luchó con el un varón, hasta que rayaba el alba.  Y aquí viene otro aspecto, la Biblia lo llama LUCHA

¿Qué es una lucha? Una confrontación. Y a veces cual es la gran lucha con Dios. Los deseos del espíritu que se oponen a los deseos de la carne.  Batallan en el interior.  Tal vez, cuando uno va al monte, no va a luchar con un ángel, como le sucedió a Jacob, pero si va a enfrentar una batalla, los deseos de la carne que se oponen a los del espíritu. Hay una lucha interior entre el viejo y el nuevo hombre.  Entre esa vieja naturaleza que se resiste a ser vencida, y esa nueva naturaleza, que tímidamente se manifiesta para ser luego victoriosa.

En el monte se enfrenta una lucha, y a veces esta es, y Jesús la vivió en Getsemaní, en relación a conocer la voluntad del Padre. “Pero que no se haga mu voluntad, sino la voluntad del que me envió”.  La lucha también es eso, una confrontación, un conflicto entre los pensamientos de Dios y mis pensamientos. 

Una  lucha entre ese corazón duro, y un corazón que quiere ser  de carne; la lucha que vivió Pablo en Romanos 7; entre hacer lo que se quiere y hacer lo que no se quiere: Una lucha entre ese hombre carnal y el espiritual.  Hay dos pueblos dentro de mí luchando. Hay una  lucha, una confrontación, un conflicto, un forcejeo.

“Y cuando el varón vio  que no podía con él, tocó el sitio de su muslo”, ¿esto que representa? La debi8lidad de la carne.  Tal vez Usted no será tocado como lo fue Jacob, pero en Usted y en mí, si sale a relucir algo, la carne, La debilidad.  “Porque a la verdad el espíritu está dispuesto pero la carne es débil”.

El muslo descoyuntado representa eso, que muchas veces queremos hacer lo que Dios nos dice, pero el carne, esa parte humana, que no se facilita: Entonces, dice que independiente que fue descoyuntado, el siguió luchando.  Y ese es el gran ejemplo que nos da Jacob.

El gran ejemplo, que a pesar de la debilidad humana, de la carne, que se resiste; los deseos de la carne que resisten a los del espíritu, no me voy a dejar doblegar.  Él se impuso al dolor, a la fatiga, al cansancio, a ser descoyuntado.

El se descoyuntado, también tiene una aplicación, y es la CIRUGIA, que él quiere hacer en nuestro corazón. ¿Qué es descoyuntar? Sacar algo que esta enquistado, empotrado.  No es que Dios nos va a descoyuntar como Jacob, pero su va a sacar algo que está bien guardado en el corazón, y eso duele.

Renunciar a algo que lo tengo bien guardado, duele mucho.  Renunciar a alguien que no me conviene; pero que no es la persona que Dios tiene para mí, y él se ve en la necesidad de descoyuntarme en el corazón.  A sacarme de un estilo de vida que no es, y eso duele.

“Déjame porque raya el alba.  Y Jacob dijo: No te dejaré sino me bendices”.  Es la determinación, la decisión de un hombre a ser liberado, ser sano.  Y cuando uno va al monte, es como cuando vamos a Israel; uno no hace semejante viaje, inversión, para regresar igual.  ¿Vamos a ese lugar a recibir la bendición, a recibir la cirugía en el corazón.

“Y el varón le dijo, ¿Cuál es tu nombre? Y el le dijo: Jacob. ¿Qué significa Jacob? Engañador, usurpador, mentiroso, tramposo. La vida se había caracterizado por eso. Hizo honor a su nombre; todo lo consiguió a base de trampas, engaños, mentiras; líos, conflictos; a donde iba cazaba peleas.  Siempre con enemigos, peleas; a donde iba, no salía bien.

Y el estaba cansado de eso; quería liberarse; ya no quería seguir llevando esa vida que había llevado siempre.  El ya no quería esa vida, quería que su vida diera un giro, él quería un cambio.  Anhelaba tener su familia, tener lo suyo, lo propio;: tener una vejez feliz, y por eso. Se regresó de donde Laban, porque quería tener su casa, su familia.

Pero él sabía, que así tuviera una casa, y una tierra, si él seguía siendo el mismo bribón que siempre había sido, no sería feliz.  No era la casa, ni el lugar, ni irse a otra tierra lo que lo iba a ser feliz; así estuviera en la tierra prometida, así estuviera en su casa propia. 

Su problema no era externo, sino interno. Y por eso antes de cruzar hacia la tierra de Israel se sube a Peniel y allí el Señor lo confronta.  ¿Cuándo le dice, quien eres tú? Le está recordando su realidad; como había sido su vida desde su nacimiento.

Y al decir, Jacob, lo que está diciendo, es “mi vida ha sido un problema permanente”, pero ya no quiero más.  No quiero ser más Jacob, entonces le dice, “y el varón le dijo: No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel porque has luchado con Dios y has vencido (18:30)

Y allí se da e cambio, una nueva identidad, una nueva vida, ya no más Jacob, sino Israel, ya un líder vencido sino uno que vence; ya no esclavo sino heredero y libre. 

“Jacob, le dijo: declárame el nombre. Y el varón le dijo: ¿Por qué me preguntas por mi nombre? Y lo bendijo allí”.  ¿A qué vamos al monte? A recibir la bendición, el tratamiento, la sanidad. 

“Y llamó Jacob, aquel lugar, Peniel, porque dijo: Vi a Dios cara a cara y fue librada mi alma”.  Eso es lo que sucede en Peniel, en el lugar de encuentro con Dios, a eso va uno al monte del tratamiento, a tener un cara a cara con Dios.

Esto es como en esos programas televisivos, que tienen una cara a cara, que se dicen la verdad.  A eso voy, a decirle mi verdad a Dios, y a que Dios me diga su verdad.  Y soy libre, porque la verdad me hace libre.  Cuando conozco la verdad de Dios, el me hace libre.  “Y fue librada mi alma”

Ese hombre salió nuevecito, nueva mente, nueva alma, nuevo corazón, nueva voluntad, nueva actitud, nuevo lenguaje, renovado. ¿A qué va uno al monte? A que Dios nos renueve, a que Dios nos revele.

“Y cuando había pasado Peniel, le salió el sol”, aplíquele la simbología a esto, para que nos salga el sol, hay que pasar por Peniel.  Muchos venimos de noches largas, oscuras.  Solo quien pasa por Peniel, le sale el sol.

“Y cojeaba de su cadera”. ¿Por qué cojeaba? Porque Dios le dio una marca.  Uno va al monte as que Dios lo marque.  No es que va a salir cojeando, Dios va a poner una marca, no en la cadera, pero si en el corazón.

A eso vamos al monte; todavía estamos a tiempo, si todavía puede subirse al bus, no se pierda esa oportunidad. Cada día trae su afán, el mañana es una expectativa. Nadie está seguro de lo que pasara mañana.  Lo que cuenta es aquí y ahora.  El mañana está en las manos de Dios.  “Si Dios quiere, (dice Santiago) haremos esto o aquello”, lo único con que realmente cuento, es el aquí y el ahora. La decisiones que tome hoy; eso si, lo que siembre hoy, lo voy a cosechar mañana.

 

 

 

 

LUGARES DE ENCUENTRO CON DIOS PARTE 2


El monte, lugar de provisión

Una de las características que tiene el Señor, es que él es dador, galardonador de los que le buscan, (Hebreos 11:6)  ¿A quien se le manifiesta Dios con sus dones y galardones? Al que le busca, al que le cree, al que se acerca a Dios. Y es una regla: “Alguno tiene sed, venga a mi beba”.  Hay que buscar a Dios, “buscad a Dios mientras pueda ser hallado, entre tanto está cercano”.

Génesis 22

Aquí comienza la historia, Dios probando el corazón de sus hijos. Algunos dirán, ¿las pruebas son necesarias? En la vida de fe, tenemos son pruebas; las gentes del mundo, tienen problemas.  Los hombres y mujeres de fe tenemos pruebas, desafíos, unas son fáciles de superar, otras son más difíciles.

Pero son pruebas, situaciones en las cuales se está probando nuestra fe; en la prueba se comprueba la misericordia de Dios.  Entonces, muchas veces, el Señor desafía nuestra vida con pruebas. En las pruebas Dios está presente.

Dios decidió probar a Abraham, ¿Por qué Dios prueba a una persona? Porque eso es como en el colegio. Las pruebas son como en el colegio, cuando un estudiante presenta un examen de suficiencia y lo aprueba, está listo para pasar a un siguiente nivel.  Dios prueba, no para hacernos perder exámenes, sino para demostrar conocimiento, y asegurarse que está listo para un desafío mayor.

Abraham tenía que ser probado, para que quedara constancia, que estaba listo para un desafío mayor. Dios le dice: “Abraham”, porque la prueba incluye el llamado de Dios a una persona especifica.  Y le dijo: “toma a tu hijo, a tu único, a quien amas, a Isaac, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo en uno de los montes que yo te diré”.

¿Por qué Dios elige a Isaac? Porque Dios está probando el corazón de Abraham. Por eso fue Isaac y no fue Sara.  Si Dios le hubiera dicho, ofrece a Sara, seguramente Abraham, le hubiera respondido: “con mucho gusto”, “ya o de una vez”, “tiene que ser mañana no puede ser hoy”, “esos son los desafíos que me gustan”.  Era Isaac, porque donde esta nuestro tesoro, allí está nuestro corazón. Y lo que Dios prueba es el corazón.

Al ser “Isaac”, está tocando la “niña de nuestros ojos”, lo que más amamos. Lo que no permitimos que nadie toque.  Y en este caso, Isaac, toma una connotación especial para nosotros los cristianos. ¿Cuál es mi “Isaac”? Puede ser mi casa,  mi negocio, mi empresa, mi esposa, mis hijos, mi familia, mi ministerio, tenemos tantos “Isaac”. Mi puesto en la empresa.  Lo que se nos dio en administración, lo escrituramos y nos adueñamos.

Un distrito, puede ser mi “Isaac”, nadie me toca mi distrito, porque es mío. Por eso, le dice, sacrifícame tu único, que amas.  ¿Y que hizo Abraham? Guardó silencio, no discutió con Dios; y de esta manera, Abraham, está dando muestras de madurez.  La primera muestra de madurez es cuando uno no discute con Dios.

Una evidencia de obediencia revelacional, es cuando uno ya no entra a discutir o pleitear con su hacedor: “Pero, ¿Por qué?”, “Pero, si es ¡mi hijo!”, “pídeme otra cosa, pero no a mi hijo”; “no te metas con él”.  Abraham guarda silencio.  Obedece.

“Se levantó muy de mañana”, segunda muestra de madurez. No solo obedece, sino que lo hace de manera diligente. Él se levanta, enalbardo su asno, tomo consigo a dos de sus siervos. Hizo lo que se le dijo, y lo hizo rápido. Va al lugar que Dios le señala.  A veces., uno le dice a una persona, ve a ese lugar para que Dios te bendiga, pero la persona hace todo lo contrario.

“Al tercer día, alzó los ojos y vio el lugar de lejos”. Abraham, tuvo suficiente tiempo para devolverse; para decir, mejor no. pero Abraham era de los que no se devuelven, de los que no retroceden; de los que no se rinden, de los que no renuncia, de los que siguen adelante.  Tuvo tiempo suficiente para regresarse, pero no lo hizo.  No era fácil lo que estaba haciendo o por lo que estaba pasando.

“Después dijo Abraham a sus siervos: Esperad aquí, iremos allí con el muchacho, adoraremos y volveremos a vosotros”.  Un hombre de fe, el sabia en el fondo de su corazón que Dios no le iba a fallar. Pero él seguía haciendo su tarea.

Mientras uno haga lo que Dios le ha encomendado, mientras siga dirección, haga lo que se le dice; uno sabe que Dios no le va a fallar. 

“Entonces, habló Isaac a su padre”; y este es el momento más difícil, porque hay un momento en toda decisión, en el que uno puede flaquear; en que le tiembla la mano.  Cuando uno está despidiendo a alguien, le dice: “Mejor no te vayas, mejor quédate”.  Allí flaqueo.  Uno tiene, infortunadamente, que no son fáciles de tomar.

Se dice que, la jerarquía, el talante de un Gerente se prueba al despedir un empelado, o un padre cuando tiene que disciplinar a un hijo; es doloroso.  Uno no quisiera hacer sentir mal a nadie, pero a veces es necesario; y es allí cuando uno puede flaquear, dar el brazo a torcer; y no hace lo que tiene que hacer.

A veces el padre o la madre tienen que tomar decisiones definitivas, pero a la hora de la decisión, flaquea. “quédate diez años más”. 

“Padre mío… ¿dónde está el cordero para el holocausto?”  Que interesante la respuesta; allí se está probando el corazón de Abraham. ¿En qué responde?  A veces, porque nos tocan lo que más amamos, la “niña de nuestros ojos” decimos cosas que no son sabias.  Damos respuestas desafortunadas; adoptamos actitudes de víctimas, como si nos estuvieran maltratando.

Podemos dar una visión desconsiderada de Dios, una visión incorrecta de la paternidad de Dios. Abraham  pudo haberle dicho a si hijo, que Dios le había perdido que o sacrificara, ¿Qué visión se hubiera hecho Isaac de Dios?  Hay que tener mucho cuidado sobre lo que comunicamos a otros.

“Dios se proveerá de cordero para el holocausto”.  Cuando se vive en la dimensión de la fe, de la obediencia, de descansar en las promesas de Dios; de creerle a Dios. ¿Qué Respondió Abraham? Esto tiene que ver con probar el corazón.  A veces las pruebas sirven para descubrir lo que hay en el corazón. Es en las dificultades de la vida, que uno se da cuenta donde está parada la persona.

Dice la escritura, “de la abundancia del corazón, habla la boca”, y es en las pruebas, donde se sabe quién es quién; por lo que dice, uno sabe que hay en ese corazón.  Hay cosas que no se le pueden contar a todo el mundo; para que dañarle el corazón.

“Y edifico un altar…y ató a Isaac y lo puso en altar sobre la leña”; dolorosa esa parte. El está ofreciendo su hijo a Dios. Y así el sacrificio se hubiera consumado, el entrego a Dios lo que más amaba.  A veces, tenemos el corazón puesto en las riquezas, y nos cuesta ofrecerle al Señor, pero terminamos gastando en tonterías.

“Entonces el ángel de Jehová dio voces desde el cielo…no extiendas tu mano sobre el muchacho, porque ya conocemos que eres temeroso de Dios”. ¿La prueba iba orientada a qué? ¿A un desprendimiento? ¿A un desapego?  A dejar constancia que era un hombre temeroso de Dios. Y esto es algo que me debo preguntar; ¿Si Dios me hiciera una prueba, para ver que tanto soy temeroso de Dios, pasaría el examen?

Como supo el ángel, que Abraham estaba listo, porque no rehusó a su hijo, a su único. Cuando uno tiene reservas con Dios; cuando le entrega todo, lo que más ama; Dios provee.  A espaldas de Abraham, había un carnero engarzado.

La provisión que más necesitamos, la tenemos a un lado, a las espaldas; pero uno está embelesado, tan enfrascado, que no se da cuenta.  ¡Pero cuando se dio cuenta? Cuando alzó sus ojos.  Y llamo Abraham el nombre de aquel lugar: “Jehová Jireh”, que significa, “en el monte de Jehová será provisto”.

¿A que provisión se refiere la Palabra de Dios? ¿La provisión de Dios es el carnero? En realidad es mucho mas que eso. Primero preservo la vida de su hijo; Segundo, preservó el llamado a Abraham.  Y como Abraham fue obediente, Dios le dio toda la riqueza del cielo.  

Esa fue la provisión, no el carnero sino la bendición. UN cheque en blanco que lo siguió cobrando ese cheque. Para el y para su descendencia.   Para quienes somos del linaje de Abraham. Somos una de esas estrellitas; luego, la provisión es hasta hoy.  ¿A qué vamos al monte, al lugar de encuentro con Dios?

1.       A probar nuestro corazón

2.       A dejar constancia que somos los del linaje.

3.       A recibir la bendición y de la provisión.

LUGARES DE ENCUENTRO CON DIOS PARTE 1

Lugares de encuentro con Dios
 
En la antigüedad, no sucede como hoy que contamos con sinagogas, iglesias, templos, oratorios, lugares bonitos, acondicionados, para que las personas se puedan encontrar con Dios.

Hay algunos que son reconocidos como maravillas arquitectónicas.  La gran mayoría de las maravillas arquitectónicas de la humanidad, están relacionadas con lugares religiosos.  Me atrevería a decir, que Dios inspiró a estos hombres, para que a través de sus obras, su nombre fuera exaltado.

Pero en la antigüedad no era así; los lugares en los cuales Dios se manifestaba, en los cuales hablaba con sus escogidos, eran naturales, abiertos; como montes, valles, desiertos.  

Hoy, por la gracia de Dios, y gracia a que nuestro Señor nos abrió camino al Padre, cualquier persona, en cualquier momento y lugar se puede acercar a Dios; pero en la antigüedad no era así.

Era Dios quien elegía a una persona, un lugar y un momento para hablar con él. No era en cualquier momento, ni lugar; era donde Dios lo decía.  Primero fueron ligares abiertos, naturales, ya luego Dios instruyo a Moisés a construirle un Tabernáculo y posteriormente, acepto, que David, más exactamente, Salomón, le edificara un Templo a El.

Per Dios siempre fue amigo de lugares abiertos, naturales, y estos lugares los escogía Dios, no el hombre. Por ejemplo, cuando en el caso de Moisés, el subía al monte, no cuando el quería, sino cuando Dios se lo decía. Independiente de lo que Moisés estuviera haciendo, así estuviera muy ocupado; el Señor le decía sube al Monte, y el decidía cuanto tiempo debía permanecer Moisés en el Monte.  Y a veces paso allá hasta 40 días y 40 noches.

En la antigüedad no existían, como si los hay hoy en día, lugares de oración y de culto.  Están lugares naturales, abiertos, y en esos lugares, Dios se manifestaba a una persona específica, en un momento especifico y para un propósito especifico.  Para recibir el Rhema de Dios, su palabra.

Solo que en esos lugares no solo Dios hablaba, también en esos lugares, estos hombres construían altares, y ofrecían sacrificios a Dios. Y una vez que ofrecían sacrificios y elevaban sus plegarias, se quedaban esperando que Dios les hablara y regresaban con instrucciones precisas.  Y en la Biblia, encontramos muchos casos, hombres que fueron a llugares a quien Dios les habló y regresaron con instrucciones en su corazón.

 

los hombres de Dios, eran escogidos por el para el comunicarles su voluntad.  En esa época, no existían lugares de oración como existen hoy en día (iglesias, sinagogas, oratorios), los lugares de encuentro eran los Montes.  Dios elegía un hombre,  un Monte y  un momento para tener un “cara a cara” con esa persona y glorificarse en aquel que le buscaba en la intimidad.

Lo primero, es entender que Dios tiene un plan soberano con nosotros; las personas a diferencia de Dios, tenemos muchos planes, muchas alternativas, por eso se nos genera confusión; Plan A,B,C.  Dios tiene un Plan, el no cambia de parecer.

Nosotros tenemos muchos caminos, y eso es lo que nos hace cambiar de parecer; Dios tiene un camino; Jesús “es el camino, la verdad y la vida”.  Dios no tiene opciones; aunque el si nos lleva a elegir entre el bien  y el mal; entre la vida y la muerte.

En Génesis 18:17-19, encontramos a Dios en una especie de monologo, diciendo lo siguiente: “….” Dios tiene un plan. 

Dice la  Biblia (Vers. 1), que Dios se le apareció a Abraham en el Encinar de Mamre, ya Dios había se le había aparecido dos veces a Abraham en este lugar; comunicándole su voluntad y hablándole sobre la promesa que le daría un hijo, Isaac.  En ese lugar, Abraham construyó altar a Dios y allí vivió en diferentes momentos de su vida. Se volvió un lugar muy importante para el; ¿Por qué encinar? Porque era un bosque, un lugar donde había muchos árboles.  , donde había muchos árboles. 

En ese lugar Abraham tenía encuentros personales con Dios. (Gen. 13:18), era un lugar de encuentro con Dios. Y lo convirtió en un lugar de habitación.  Mamre, un lugar cerca de Hebrón, y sabemos lo importante que es este lugar en la Biblia.

La principal necesidad que tiene un hijo de Dios, es conocer la voluntad de Dios para su vida, su felicidad y realización persona estará determinada por eso.  Dios tenía planes con El.  Por eso dice, “¿Cómo voy a encubrir algo a Abraham, si él será padre de naciones?”  El consideraba a Abraham como su amigo, lo mismo sucedió con Moisés. En el monte uno tiene amistad con Dios.

Dios en el monte habla con uno como un amigo, como un padre; no encubre, antes descubre, revela el plan que tiene para sus hijos.  Vemos que Dios tenía un Plan con Abraham.  ¿Por qué no tenía reservas con él? Lo tenía como un socio, quería que Abraham confiara en él. “¿Cómo encubrirle, si él va a ser mi instrumento?”

Dios confiaba en Abraham, él sabía que era un hombre de fe, un hombre íntegro, comprometido, y un sacerdote en su casa. (Vers. 19)  “Porque yo se que mandará a sus hijos, y a su casa después de si, que guarden el camino de Jehová, haciendo justicia y juicio, para que haga venir Jehová sobre Abraham lo que ha hablado acerca de él”.  El sabia, que una vez que el recibiera la visión, a los primeros que comunicaría esa visión, sería a sus hijos, a los de su casa.

Este hombre, que lo tengo para cosas grandes, es un hombre digno, un hombre íntegro, un sacerdote, y se que al darle la visión, a los primeros que va a meter en la visión, será a sus hijos y a los de su casa; y va a asegurarse que guarden mi camino, haciendo justicia y juicio.  Para que haga venir, sobre él lo que le había prometido.

Dios sabia, que él no se iba a quedar con la visión, sino que la iba a comunicar,.  Y eso es lo que Dios quiere; que la visión que viene de Dios, no la guardemos, sino que la comuniquemos. La luz no es para guardarse, encubrirse, sino para revelarse, manifestarse al mundo, para darla a conocer.

Aun hagamos esa reflexión, ¿hemos metido en las visiones de Dios, en  la revelación de Dios, a los de nuestra propia casa? Porque a veces somos luz de la calle, pero oscuridad de la casa. 

Estos lugares son elegidos por Dios, no por el hombre  (Éxodo 3:1-10) 

“Apacentando Moisés las ovejas de Jetro su suegro, sacerdote de Madián, llevó las ovejas a través del desierto, y llegó hasta Horeb, monte de Dios. Y se le apareció el Ángel de Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza; y él miró, y vio que la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía. Entonces Moisés dijo: Iré yo ahora y veré esta grande visión, por qué causa la zarza no se quema. Viendo Jehová que él iba a ver, lo llamó Dios de en medio de la zarza, y dijo: !!Moisés, Moisés! Y él respondió: Heme aquí. Y dijo: No te acerques; quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es. Y dijo: Yo soy el Dios de tu padre, Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob. Entonces Moisés cubrió su rostro, porque tuvo miedo de mirar a Dios. Dijo luego Jehová: Bien he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su clamor a causa de sus exactores; pues he conocido sus angustias, y he descendido para librarlos de mano de los egipcios, y sacarlos de aquella tierra a una tierra buena y ancha, a tierra que fluye leche y miel, a los lugares del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del heveo y del jebuseo. El clamor, pues, de los hijos de Israel ha venido delante de mí, y también he visto la opresión con que los egipcios los oprimen. 10 Ven, por tanto, ahora, y te enviaré a Faraón, para que saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel”.

Estando Moisés en el desierto, apacentando las ovejas de Jetro su suegro; llevó las ovejas por el desierto, hasta Horeb, monte de Dios.   Era un lugar escogido por Dios, Y se le apareció el ángel de Dios, quien llamó su atención a través de una zarza que ardía pero no se consumía. (Vers. 2-3)  ¿Qué sucedió en ese lugar?

Veamos entonces las características de un lugar escogido por Dios:

En primer lugar, es un lugar donde Dios se manifiesta sobrenaturalmente, una zarza que arde y no se consume. 

En segundo lugar, en ese lugar Dios nos llama, habla a nuestro corazón.  En ese lugar donde Dios llama nuestra atención, para que me concentre, y me recuerda que ese lugar es santo.  No porque la tierra posea algunas características o propiedades especiales; sino, porque el que se ha manifestado en ese lugar es el Dios santo.

Y algo bien interesante, le dice: “Yo soy el Dios de tus padres, de Abraham, de Isaac y de Jacob”.  En los lugares de encuentro con Dios, donde el habla a sus hijos, él nos recuerda nuestras raíces. ¿Por qué Dios le recuerda a Moisés sus raíces?

·         Él había nacido en Egipto, y había estado en ese lugar 40 años

·         Había salido de Egipto a Madian, y había estado allá otros 40 años

¿Cuánto tiempo llevaba Moisés lejos de su parentela, de su herencia, de sus raíces? Ochenta años.  Cuando uno está en un lugar de encuentro con Dios,  lo el que hace es recordarle sus raíces, le habla de su llamado; le habla de sus propósitos, del plan que tiene con  uno.

Y comienza a decirle a Moisés, que se ha dado cuenta de la situación que viven los hebreos en Egipto, y como su clamor había llegado hasta él. “Ven por tanto ahora, y enviarte he á Faraón, para que saques a mi pueblo, los hijos de Israel, de Egipto”,

¿Eran esos los planes de Moisés? El ni se lo imaginaba eso. Pero en el lugar santo, santísimo, donde él se manifiesta, él le revela su voluntad, él le muestra que lo tiene para cosas grandes. 

Era tan pobre la visión de Moisés, que su respuesta es, “¿Quién soy yo para que vaya a faraón y saque de Egipto a los hijos de Israel?”.  Le dice: “Ve, yo estaré contigo”.  Y allí comienza un proceso, donde Dios queriéndolo meter a él en la visión, y Moisés queriendo salirse.

En el lugar santo, me llama, trata conmigo, me recuerda mis raíces, me muestra el plan y como soy protagonista en los planes de Dios.

Hay lugares donde Dios ha puesto su nombre. (Deuteronomio 12:5)  Hay un lugar por excelencia que Dios ha escogido en todo el planeta, para poner allí su nombre, y ese buscaremos y allá iremos. ¿Cuál? Israel

Dios escogió un lugar para que sus hijos vayan a ese lugar, le invoquen, estén con él; allá nos quiere llevar, al monte Moriah, al monte de Sion.

Él nos quiere llevar a esos lugares para recrearnos, escuchar nuestras oraciones, aceptar nuestros sacrificios (Isaías 56:6-7)  Está hablando de Jerusalén.

En el caso de la familia Centi, Dios nos ha dado un lugar, si por alguna razón no podemos ir a Israel, tenemos otro lugar, El redil.  No tienen que pasar muchos años para que uno decida ir al Redil.  Muchos lamentan, no haber ido antes.

En estos lugares él nos RENUEVA y nos REVELA (Isaías 55:8-11)  Que nos muestre como lo hizo con Moisés. ¿El plan de Dios era que Moisés se pasara la vida las  ovejas de su suegro? ¿En una tierra ajena, lejos de sus raíces?  El plan de Dios era hace de Moisés uno de los grandes de la Biblia, y de la historia.  Todo el derecho es inspirado en Moisés.

Tenemos que renovarnos, porque los pensamientos de Dios no son nuestros pensamientos, ni los caminos de Dios, son nuestros caminos.

Quien sabe qué planes tiene Dios con nosotros, pero a eso vamos, porque en estos lugares y tiempos íntimos con Dios, él nos RENUEVA y NOS REVELA sus propósitos soberanos. Debemos ajustar nuestra conciencia a los parámetros de Dios Lo primero es ajustarnos a los planes de Dios y no ajustar a Dios a nuestros planes. Por eso debemos renovar la mente. 

Los planes de Dios siempre serán mejores que los nuestros (Jeremías 29:11), hacer la voluntad de Dios no es gravoso, porque es agradable y perfecta.  Vamos al Monte a tomar visión y revelación de Dios para nuestra vida.

LA ALABANZA PARTE 1


Los magníficos resultados de la alabanza

Salmo 66:8

La voluntad de Dios es que se escuchen la alabanza; que hagamos “oír la voz de su alabanza”.  Es muy preocupante que el pueblo de Dios no alabe al Señor.  Él está esperando que le alabemos.  No se discute, que todo el tiempo buscamos a Dios, mañana, tarde, al medio día, por la noche; seguramente oramos.

La pregunta es, ¿cada vez que me acerco a Dios, para que lo hago? La mayoría de las veces que nos acercamos a Dios es para pedir y no tanto a ofrecer. El está esperando que nosotros aprendamos a ofrecer sacrificio de alabanza.

Quien alaba a Dios, el que sabe que el Señor le da todo lo que necesita. En lugar de destinar ese tiempo a pedir, lo que sabe que Dios le va a dar, lo destina a alabar al Señor, en gratitud por sus los favores recibidos y los por recibir.

La Biblia dice, “bendecid pueblos a nuestro Dios y haced oír la voz de su alabanza”; el quiere que su alabanza sea entonada; que en los cielos y en la tierra se escuche como los hijos de Dios alaban a su Señor.

Es preocupante cuando la Iglesia se silencia, cuando el pueblo de Dios calla; cuando el corazón enmudece. ¿Por qué el pueblo calla ante su Señor? Debemos revisar como esta nuestra vida de alabanza. 

Conocimos una discípula, que le ganó la batalla al cáncer, alabando a Dios.  Ella seguía los medicamentos y tratamientos, pero sabía que eso era un complemento, algo secundario.  Su confianza estaba en Dios.

La voluntad de Dios es que su alabanza se escuche, una alabanza que nace de un corazón limpio, una buena conciencia y una fe no fingida.

Salmo 89:15

Un pueblo que ha aprendido a alabar a Dios es un pueblo, “bendecido”, “bienaventurado”, “feliz”, “dichoso”; Hay tres tipos de cristianos: El que clama, el que reclama, y el que aclama.  ¿Quién reclama? El que piensa que ha sido desconocido o violentado en sus derechos. 

El que aclama, es que bendice, exalta, glorifica a Dios. Tres veces feliz, en su cuerpo, alma y espíritu; no tiene queja.

Mateo 11:25

Encontramos al Señor Jesús, diciendo una de las oraciones más bellas de la Biblia. Aquí hay tres claves maravillosas en su alabanza, porque esta hacia parte de la vida de Jesús.  Él estaba maravillado. Uno alaba, cuando esta maravillado.  Las tres claves:

1.       El alaba al padre, es un hijo alabando al padre

2.       Alabando al Señor del cielo y de la tierra, aquel que creo todo lo que existe.

3.       Comprende las maravillas de Dios, su grandeza; como él ha sido generoso, misericordioso. ¿Quién alaba? El que reconoce.

Salmo 92:1-4

Nos da unas pautas, nos dice que  alabar a Dios es bueno,  saludable, no negociable, irremplazable.  Nada mejor que alabar a Dios. A veces reconocemos que algo pasa con nuestra vida. Podemos orar, ayunar, pero hace falta algo más. Entrar en una dimensión de victoria; la alabanza ofrece esa victoria espiritual. 

Si alguno esta triste, haga oración; si esta alegre cante alabanzas.  La alabanza es victoria espiritual. Usted ingresa en oración, pero sale vitoreando alabanza; si llegamos a la presencia de Dios con tristeza, cargas, problemas, pero salemos victoriosos, cantando alabanzas.

No es correcto que una persona ingrese triste, y sale triste; porque en la presencia hay plenitud de gozo. ¿Cómo debemos salir de la presencia de Dios? Gozosos.  ¿Cómo se alaba a Dios? Con cantos, salmos, anunciando su misericordia y fidelidad cada noche.

También dice, con instrumentos musicales; con decacordio, salterio, en el tono suave con el arpa. Me has alegrado con tus obras.  En las obras de Jehová cuanto me gozo.  Hay que enseñarle a la gente a dar testimonio.

Si alcanzáramos a imaginar como Dios usa los testimonios, porque estos no son teorías sino realidades; como la palabra de Dios es viva y eficaz y se manifiesta trayendo respuesta a una persona.

Puede ser más efectivo un testimonio que un sermón; puede ser más contundente; porque a través de ese testimonio la persona se identifica, se refleja en él; quien da testimonio hace las veces de espejo.

1.       Es la voluntad de Dios que se escuche la alabanza

2.       Es una bendición aprender a alabar a Dios

3.       Jesús nos dio ejemplo, se gozaba en las obras del Padre

4.       Debemos ser sensibles a las obras de Dios

Hebreos 13:15

Aquí tenemos unas claves muy importantes:

1.       La alabanza debe ser una ofrenda continua,  es un estilo de vida. Debo alabar a Dios no solo en el distrito, es personal, también es congregacional. Es muy bello un ejército alabando a Dios.  Pero cuál es la alabanza en la cual Dios se goza conmigo, aquella que le ofrezco en la intimidad.  Allí se tienen libertad. Puede decir lo que piensa, lo que siente, que su corazón se exprese. Hay días que uno más sensible que otros. Y uno se quiebra.  (Salmo 34:1)  La alabanza es un modo de vida. (Caso cuando me robaron, “venían por ti, solo fue el reloj)

 

2.       La alabanza debe ser en el espíritu, “por medio de él”. No se esfuerce en la carne, no surte el efecto esperado. Hay personas que colocan canciones porque le gustan. “colócame esa canción que me fascina”.  ¿Acaso la canción es para darle gusto a la carne?  Tan bueno que la pasamos, eso fue lúdica, entretenimiento. Hay canciones con las que uno se edifica. Pero hay que tener mucho cuidado, pida dirección al Espíritu Santo.  Que el dirija su alabanza. No son canciones para complacencia personal, satisfacción de la carne o gusto de uno, sino para alabar a Dios. (1 Corintios 12:3) (1 Corintios 14:40) La alabanza se ofrece en el espíritu. De lo contrario se vuelven canciones del alma. No es musicoterapia. No son canciones del espíritu. No es colocar al cantante que me gusta. No es el alma quien decide sino el Espíritu Santo. Esta sinfonía maravillosa la hace el Espíritu, y él lo hace “todo decentemente y con orden”.  De pronto le ha pasado que la alabanza esta distorsionada, desordenada, disonante, como que no es; porque está improvisando.

 

3.       La alabanza es un sacrificio; en el tiempo antiguo ofrecían víctimas, miles de holocaustos; y se la pasaban todo el día en el altar del sacrificio; hoy en día no pide eso, el único sacrificio es la alabanza, con una condición, la que nace de un corazón grato a Dios. (Salmo 51:15-17) Este es el sacrificio que Dios no va a despreciar, es un sacrificio grato a Dios.  Abandonando toda altivez, orgullo, pecado, ira, vanidad. 

 

4.       La alabanza es fruto de labios, palabras que nacen de un corazón limpio, sano, libre. (Santiago 3:9-11) Dice la Biblia, “de la abundancia del corazón, habla la boca”; para que por esa boca salgan frutos de alabanza, que glorifiquen a Dios, ¿Cómo debe estar el corazón? Sano, limpio, libre. Por eso hay que tener tanto cuidado con el corazón.  Una fuente, no puede echar por una misma fuente echar agua dulce y amarga. De una misma boca no debe proceder bendición y maldición. De esa boca debe salir alabanza a Dios, pero también, respeto y bendición a los hombres.  Debemos procurar que las persona abran sus labios para que proclamen su alabanza.

 

5.       La alabanza es para glorificar a Dios; es el propósito tiene como fin alabar a Dios. La motivación principal es exaltar el nombre de Dios; no es pasarla bien, no es una terapia de relajación, así sea que sirva para relajarse, así quien alabe a Dios salga descansado en el cuerpo, alma y espíritu. La alabanza no tiene como principal objetivo distensionarnos o relajarnos, eso es un beneficio, un resultado; el principal objetivo de la alabanza es glorificar a Dios. (Salmo 76:1-4) A el queremos exaltar y alabar, poner gloria en su alabanza.

 

 

 

A quien consulta sus planes para que tengan éxito

1 Crónicas 13:1-4, 5-14; 15:1-29

Este tema nos lleva a comprender la importancia de consultarle a Dios sobre nuestros planes.  Todos tenemos planes y todos los planes pueden ser viables, aunque no todos son factibles.  Por ejemplo, hay gente que tiene planeado construir una casa, pero al revisar su presupuesto o su capacidad de endeudamiento, no es factible, al menos por ahora.  Es importante que usted comprenda esa realidad, hay cosas perfectamente viables que no son factibles.  Todas las ideas son bienvenidas, aunque no todas son realizables, al menos no todas se harán como las pensamos o imaginamos, muchas ideas se van madurando en la marcha, y principalmente, ir madurándolas en el altar de Dios, en su presencia.

Si hay algo a lo que debemos acostumbrarnos, es aquel principio de la vida espiritual, a consultarle a Dios, a preguntarnos si es la voluntad de Dios. Algo que nos enseñan en el curso básico del CF1, ¿Cómo conocer la voluntad de Dios?  Y si algo debemos tener muy presente siempre, es consultarle a Dios a través de su palabra; consultarle a Dios sobre nuestros planes, sobre nuestros sueños; porque nada es mas frustrante que “apoyar la escalera en la pared equivocada”, enrutarse en un asunto, en un proyecto, y que al final no prospera, porque desde el principio estuvo mal concebido, porque no era la voluntad de Dios.

La voluntad de Dios es agradable y perfecta, los planes, pensamientos, propósitos que tiene Dios acerca de nosotros son de bien, no de mal, para darnos el fin que esperamos (Jeremías 29:11), Dios nos protege, aun de nosotros mismos, de concebir planes equivocados.  De esa manera nos ahorra sufrimientos.  Aquí encontramos al Rey David, un hombre maravilloso, conocido en la biblia, como “el hombre conforme al corazón de Dios”; pero un hombre que equivoco, como le puede pasar a cualquier a ser humano; y el que una persona se equivoque no significa que una persona va a perder el respeto o la admiración, eso no es lo que nos debe preocupar; por supuesto debemos evitar equivocarnos.

Por eso la biblia dice, “el principio de la sabiduría es el temor a Dios”, y precisamente, cuando uno reconoce a Dios en todos sus caminos, cuando uno coloca a Dios en primer lugar; cuando uno le consulta a Dios si es su voluntad hacer algo o no hacerlo, uno va a estar mas tranquilo y seguro, y las cosas le van a salir bien.  David tuvo una idea, y tomo consejo de su ejercito, y aquí empieza el asunto.  David era el rey, pero en Israel había un sacerdote, y en los asuntos espirituales, no era el rey quien definía las cosas, sino el sacerdote, por lo tanto el rey debía consultarle al sacerdote, que era también su líder espiritual, el instrumento de Dios a quien Dios usaba para comunicar su voluntad. 

Solo que David no consulto a Dios, no consulto a su líder, sino a sus hombres de guerra y al pueblo; pero no consulto a Dios.  Dice la Biblia que “el tomo consejo”.  Y es de preguntarse, ¿Cuándo Ud. tiene una situación apremiante, o tiene que resolver un asunto, o tiene un problema, o tiene que dar respuesta a algo especifico; y usted no tiene claridad, ¿a quien le consulta? ¿De quien pide consejo? ¿De quien se asesora?  Muchas veces uno se asesora de las personas equivocadas.  Muchos han hecho de su peluquero su consejero.  Se sienten muy cómodos, sentados allí en la silla, mientras le embellecen, y le van contando a esa personas sus problemas, no quiere decir con esto que esa persona no sea confiable, pero tampoco quiere decir, que el peluquero sea su mejor consejero. O el vigilante, hay personas que se salen de su casa, de su apartamento, y se van a la portería, a contarle sus problemas al vigilante.  O a un amigo, o al taxista, la gente cuenta sus asuntos.

David tomo consejo de sus capitanes y del pueblo; y dese cuenta como el orden de los factores, en este caso, si altera el producto.  Dice la Biblia en el Vers. 2, “dijo David, a la Asamblea de Israel: Si os parece bien y si es la voluntad de Dios”. Ese no es el orden correcto.  No siempre el parecer el pueblo, es la voluntad de Dios.  David estaba poniendo en primer lugar el parecer del pueblo, él puso en primer lugar el consejo de los capitanes; tomo consejo de los capitanes y se fundamento en el parecer del pueblo, y dejo a Dios en tercer lugar, “Si Dios nos ayuda”. 

Dice la Biblia, que la idea de él, era traer el arca de Dios a Jerusalén, a la ciudad de David, porque hacia mucho rato que no le hacían caso.  “Y toda la asamblea decidió que se hiciera así”. ¿Quién decidió que se hiciera así? La asamblea.  Nunca le consulto a Dios.  Algo que nos puede molestar pero es así, las democracias, no necesariamente coinciden con los planes o la voluntad de Dios.  Como tampoco es discutible, que no siempre las personas toman las mejores decisiones ni las más convenientes.  Basta observar el panorama político nacional e internacional.  Todo el tiempo la gente esa eligiendo gobernantes, que no necesariamente son hombres de Dios, ni sus programas de gobierno representan los planes de Dios, pero el pueblo elige.

No necesariamente la democracia refleja la voluntad de Dios; la asamblea fue la que decidió, y entonces, David reunión a todo Israel, y subió con todo Israel, y llevaron el arca de Dios de la casa de Abinadab, en un carro nuevo y Uza y Ahio, (hombres valientes, del ejercito de David, hombres de su confianza), ellos guiaban el carro.   Hasta allí, a aparentemente todo estaba bien.  David tenia una buena intención, aunque tengan en cuenta que no siempre las buenas intenciones de los hombres, están de acuerdo a los planes de Dios, por eso se deben “discernir los pensamientos y las intenciones del corazón” con la palabra de Dios. (Hebreos 4:12)

Hay personas que son bien intencionadas, y sus propósitos son nobles, pero esta dejándose llevar por el corazón, (que es engañoso, más que todas las cosas), se están dejando llevar por la emoción  o el sentimentalismo; desde el impulso y el deseo pero no necesariamente desde un conocimiento espiritual, desde los principios.  David tenia una buena intención, el propósito era bueno, pero ya veremos en que el estaba equivocado, y eso que no se puede perder de vista, que era el hombre conforme al corazón de Dios.

Y David y todo Israel se regocijaban en Dios, con todas sus fuerzas; ellos estaban felices, David y el pueblo, David liderando la procesión, la marcha; “con canticos, arpas, salterios, tamboriles, címbalos, y trompetas.  Pero cuando llegaron a la era de Quidon, Uza extendió su mano al arca para sostenerla, porque los bueyes tropezaban.  Y el furor de Dios se encendió contra Uza, y lo hirió; porque había extendido su mano al arca; y murió allí delante de Dios.  Y David tuvo pesar, porque Jehová había quebrantado a Uza; por lo que llamo aquel lugar Perez-uza, hasta hoy”.  Usted dirá, “pero es lógico que si el arca se va a caer, estaba bien que alguien la sostuviera; una situación que a muchos les puede parecer injusta, incomprensible. 

“Y David temió a Dios aquel día, y dijo: ¿Cómo he de traer a mi casa el arca de Dios? Y no trajo David el arca a su casa en la ciudad de David, sino que la llevo a la casa de Obed-edom geteo. Y el arca de Dios estuvo con la familia de Obede-edom, en su casa, tres meses; y bendijo Jehová la casa de Obed-edom, y todo lo que tenia”. Recapitulemos.  Cada vez que Usted quiera hacer algo, pregúntese: ¿es la voluntad de Dios? Consulte a Dios.  Hay dos preguntas que siempre debemos hacerle a Dios: Primero: ¿Qué es lo que tu quieres que yo haga? El QUE. Segundo, ¿Cómo es que tu quieres que yo lo haga?. El COMO.  Apenas hasta el Verso 12, David se hizo se pregunta, pero ya la salida en falso de David, había cobrado una victima. 

Los errores de los líderes se pagan caro y a veces los pagan inocentes. ¿Por qué? Es lo que la Biblia dice, “donde no hay dirección sabia, caerá el pueblo”. (Proverbios 11.14 a)  Como quien dice, ¿Quiénes son los que mas sufren las consecuencias de un mal liderazgo, o de las decisiones equivocadas de un líder? El pueblo.  La salida en falso, apresurada, emocional de un líder, el que sufre, es el pueblo.  Y eso es lo inaceptable, porque un líder tiene al Espíritu Santo que nos da la guía y la pausa, el ritmo que debe ser, desconocemos al Espíritu Santo, desconocemos a Dios, no le consultamos, ni le pedimos al consejo que un líder nos podría dar, que nos puede mostrar un ángulo de la situación que no hemos considerado; una luz que nos ilumine que no tenemos, un polo a tierra que nos aterriza, sino que actuamos apresuradamente, emocionalmente, afanosamente, y damos paso en falso.

David tenia un buen propósito, eso era indiscutible, la idea era buena, plausible, era apenas lógico, que el arca de Dios estuviera en el lugar que le corresponde; además que esto significaba atraer la bendición y la prosperidad de Dios; el problema no era la idea, sino que el quid del asunto  era como lo quiso hacer David. Y cuando ya se dio cuenta que había cometido una equivocación, tuvo temor de Dios y reconoció que la había embarrado.  Entonces hizo una pausa.  Un líder como cualquier ser humano, se puede equivocar; ¿Cuál era la virtud de David?  Que el reconoció su equivocación.  La más grande necedad de una persona es no reconocer su necedad, su equivocación. 

Es mas, insistir en ello.  Sabe que por allí no es la cosa; sabe que no es con esa persona; sabe que ese negocio no lo debe hacer; que no es por allí, por donde se esta metiendo, ya lo sabe, de alguna manera lo sabe; se lo han dicho, se lo advierten, se lo aconsejan; pero la persona, insiste tercamente.  Y esto le llevara a sufrir mayores lesiones, quebrantos.  Muchas veces el quebrantamiento, no es el plan de Dios para mi vida, no es lo que Dios me quiere dar; los planes de Dios son de bendición, de felicidad; entonces esa persona, ¿porque vive tan quebrantada y triste? Porque se fabrica problemas, porque no consulta a Dios, porque no sigue dirección, porque desconoce las escrituras. Jesús dijo: “las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida”, (Juan 6:63b)  la palabra de Dios produce vida al que la posee, al entendido le da vida.  Porque “el entendido en la Palabra hallara el bien y el que confía en Dios es bienaventurado” (Proverbios 16:20)

David tenia una virtud, tuvo el coraje, (para eso se necesita coraje) de reconocer su error; él había actuado con temeridad, no con temor de Dios, se había dejado llevar por su corazón, sin consultarle a Dios, y esto es en el fondo, orgullo personal, ¿Qué ocasiono esto? Quebranto.  “Antes del quebrantamiento es la soberbia y antes de la caída, la altivez de espíritu” (Proverbios 16:18) Pero también tuvo el coraje, la honestidad de reconocer su error. Y algo muy importante, corregirlo.  Porque como seres humanos, tenemos todo el derecho de equivocarnos, pero también todo el deber de corregirnos.  Máxime, si hay personas que pueden salir, afectados, lesionados, quebrantados, como fue el caso de Uza.  Finalmente, el error de David,  a quien más le costó, fue a Uza y su familia.

Un  líder debe tener la entereza, la integridad, el coraje de aceptar que se equivoco; agachar la cabeza delante de Dios; de reconocer y hacer el correctivo.  El hizo además algo muy importante y nos deja su ejemplo, si Usted no tiene claridad sobre una situación, lo mejor es quedarse quieto, ponerse neutro. (Stand By)  David no regreso el arca donde Abinadab, pero tampoco la llevo a su casa en Jerusalén, entonces busco una salida, una solución intermedia, la dejo en la casa de Obed-edom, mientras resolvía que hacer.  Ni se regreso, pero tampoco avanzo, se quedo quieto, puso pausa, mientras resolvía el asunto, o tenia mayor claridad.

Y pasaron tres meses, porque hay situaciones que toman tiempo; la tendencia es hacer todo a las carreras, “para mañana es tarde”; sin embargo, aquí aprendemos que hay situaciones que nos obligan a esperar.  ¿Qué era lo que tenía que esperar David? Que Dios le mostrara que debía hacer, y mientras Dios le mostro, pasaron tres meses.  Fue el tiempo que le tomo a David aclimatarse a los tiempo de Dios.  El problema es el acelere, se escuchan muchas voces, y terminamos confundidos.  Y lo que entendió finalmente David, aparece descrito en el capitulo 15, verso 2: “Entonces dijo David: El arca de Dios no debe ser llevada sino por  los levitas; porque a ellos ha elegido Jehová para que lleven el arca de Jehová y le sirvan perpetuamente”.

En esos tres meses, David busco en la Biblia la respuesta; él no se quedo quieto, el pregunto a Dios sobre donde estuvo su error. Porque él había convocado a todo Israel, reunión a todo el ejercito, hizo una gran asamblea, hizo un gran acto publico, pero al final, cuando las cosas no se le dieron, quedo comprometida, no la imagen, (no es cuestión de imagen) pero si la confianza de un pueblo hacia su líder, hacia su rey.  Pero el entendió, sometió su entendimiento a la revelación; y comienza a hacer los ajustes.  ¿A quien convoco la primera vez? A los capitanes.  Pero ahora, una vez que ha entendido, como deben hacerse las cosas, ¿a quien convoca? Según el vers. 4-11.  Convoca a los sacerdotes y levitas.

El Señor le mostro a David donde estaba su error.  El por desconocimiento de la ordenanza, por no haber consultado a Dios o al sacerdote, se había equivocado en el procedimiento.  Los únicos autorizados para transportar el arca de Dios, eran los levitas.  Las personas que habían consagrado sus vidas para las cosas santas.  No eran los valientes del ejercito, sino los levitas, era una ordenanza, una instrucción especifica que Dios le había dado a Moisés. (Deuteronomio 10:8) Y no solo le había instruido acerca que los autorizados eran los levitas, sino que debían colocarla en dos barras y llevarla en hombros. ¿Y David que había hecho? La transporto en un carro nuevo y coloco a dos de sus capitanes al frente.  Y se equivoco, porque ni era con capitanes ni en un carro, sino levitas y en barras y sobre los hombros.

A veces nos pasa situaciones similares, nos contemporizamos con el mundo, creemos que la obra de Dios se debe manejar al paso de la modernidad con la que avanza el mundo, pero no es así. Jesús dijo: “Id y haced discípulos”, y aunque hoy se cuentan con muchas herramientas tecnológicas, pero estas no sustituyen a la pastoral persona a persona.  Hay cosas que no cambian, así el mundo este muy modernizado.  David no solo entendió eso; sino que llamo a los sacerdotes y levitas y les dijo: “Vosotros que sois los principales padres de las familias de los levitas, santificaos, vosotros y vuestros hermanos, y pasad el arca de Jehová Dios de Israel al lugar que he preparado; pues por no haberlo hecho así vosotros la primera vez, Jehová nuestro Dios nos quebranto, por cuanto no le buscamos según su ordenanza”. (Vers. 12-13)

Y no termina la historia allí.  En la primera ocasión, fue David quien dirigió la alabanza, pero ¿era lo correcto?  Sin justificar a David, hay que intentar entenderlo en su parte humana, él era un hombre de temperamento sanguíneo, alegre, impulsivo, emocional, carismático, con una personalidad arrolladora, alegre; un hombre que amaba a Dios y amaba la alabanza; por eso él se puso adelante, motivando a todos a alabar al Señor.  ¿Eso esta mal? No, pero no era lo correcto.  “Asimismo dijo David a los principales de los levitas, que designasen de sus hermanos a cantores con instrumentos de música, con salterios y arpas y címbalos, para que resonasen y alzasen la voz con alegría”. (Vers. 16)

Y siguen diciendo, “Y Quenanias, principal de los levitas en la música, fue puesto para dirigir el canto, porque era entendido en ello”. (Vers. 22)  No puede ser cualquiera, tenia que ser un levita, cuya función era dirigir el canto y además era entendido en ello.  Las cosas de Dios se deben con santidad; decentemente y con orden, con calidad.  “David, pues, y los ancianos de Israel y los capitanes de millares fueron a traer el arca del pacto de Jehová de casa de Obed-edom con alegría”. (Vers. 25)  Dios no quiere entorpecer sus planes, él no es su enemigo.  Muchos dicen, “y porque es que Dios no me ayuda”; en realidad, el si quiere que usted alcance su sueño, que logre su objetivo, solo que lo haga como es.  Al final, David, fue con los ancianos y capitanes por el arca, al final el logro su objetivo, pero esta vez, bajo la dirección de Dios.

Hay dos maneras de hacer las cosas: A su estilo, a la brava, a las malas, como se den; o al estilo de Dios, decentemente y con orden.  Finalmente, David logro su objetivo, el que el Señor no esta en contra de eso, pero tenia que aclimatar a David al altar de Dios.  Ese el problema de muchos, que no se han aclimatado al altar de Dios.  Y aquí viene algo muy hermoso, que tremendo lo que dice el Vers. 26, “y ayudando Dios a los levitas que llevaban el arca del pacto de Jehová sacrificaron siete novillos y siete carneros”. Cuando se hacen las cosas por la derecha, siguiendo dirección, instrucción, consultando a Dios, obedeciendo a la ordenanza, ¿Quién se pone de su lado para ayudarle?  Dios.  Fue el quien ayudo a los levitas.  ¿Cuando cuento con la ayuda de Dios?   Cuando consulto a Dios, cuando obedezco a su ordenanza, cuando actuó temeroso de Dios, y no con temeridad desafiando su soberanía.

¿Por qué fabricarnos problemas? ¿Por qué seguir el modelo de los hombres y no el modelo de Dios? ¿Por qué permitir que sea “su majestad el ego”, el que gobierne mi vida y no el Señor Cristo?  ¿Para que quebrantar mi vida sin necesidad? Son los hijos de Dios, los indicados para ocuparse de la obra de Dios, no son los expertos, sabios o especialistas del mundo; sino aquellos a quien Dios la llamado, ha elegido, ha escogido, ha ungido y capacitado para la obra.  Son los hijos, no lo extraños, sino aquellos a quien Dios ha llamado.  Dios ha querido hacer de cada uno un “Quenanias”, un levita, un principal, instruido en la música, puesto para dirigir.  Si Dios lo ha hecho entendido en eso, es para glorificar a Dios con su vida.

No era David el indicado para dirigir la alabanza; él era el rey, pero a pesar de serlo, había una ordenanza establecida, eran los sacerdotes y levitas llamados a trasportar el arca, a dirigir la alabanza, a encargarse de las cosas santas, eran los que habían consagrado sus vidas a Dios los responsables de las cosas santas y de lo consagrado a Dios.  Dice el Vers. 28, “De esta manera…”, dando a entender como es que se tienen que hacer las cosas, “de esta manera”; ¿Por qué muchas veces las cosas no se nos dan? ¿Por qué nos enredamos? ¿Por qué nos fabricamos problemas innecesarios? Porque lo estamos haciendo de otra manera y no de esta; que es la Bíblica, la revelacional, la amorosa de Dios. “De esta manera llevaba todo Israel el arca del pacto de Jehová, con jubilo y sonido de bocinas y trompetas y címbalos, y al son de salterios y arpas”.

“Pero cuando el arca del pacto de Jehová llego a la ciudad de David, Mical hija de Saúl, mirando por una ventana, vio al rey David que saltaba y danzaba, y lo menosprecio en su corazón”. (Vers. 29)  Cuando una persona no esta metida en el cuento, cuando no esta sintonizada, cuando esta al margen, solo critica.  Y esta mujer, que era la esposa de David, pero sin vida espiritual, digna hija de Saúl, miro desde la ventana y menosprecio a David, “que vergüenza ese esposo mio, como un cualquiera ha quedado, en interiores bailando con las doncellas de Israel”.  En otro pasaje paralelo, le dice David, “si a tus ojos soy vil, me hare mil veces mas vil a tus ojos, para ser enaltecido a los ojos de Dios”.  Dice la Biblia, que Mical, por haber menospreciado a David, nunca tuvo hijos.

¿Cuántas veces nos equivocamos, solamente, por no seguir la ordenanza de Dios? ¿Cuántas cosas hemos perdido en la vida no haber tenido en cuenta el consejo sabio? Hay cosas que se pueden hacer al estilo del mundo, según los modelos del mundo, pero en el mundo solo ofrece aflicción, en el hay paz.  A veces hace las cosas por quedar bien.  Y de que sirve quedar bien con el mundo, si va a quedar mal con Dios.  Algunos argumentan, “es que todo el mundo lo hace”, pero los hijos de Dios, somos harina de otro costal.