PREPARANDO EL CORAZON PARA SUBIR A JERUSALEN

PREPARANDO EL CORAZON PARA SUBIR A JERUSALEN
"Y abiertas las ventanas de su cámara que daban hacia Jerusalen, se arrodillaba tres veces al día, y oraba y daba gracias delante de su Dios, como lo solía hacer antes". (Daniel 6:10b)

lunes, 15 de diciembre de 2014

REGLAS DE ORO 346 a 349

Regla # 346
“Y tened entendido que la paciencia de nuestro Señor es para salvación; como también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito, casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición.” (2 Pedro 3:15-16)

Las Escrituras nos han sido dadas para nuestra salvación, que solo es posible mediante el conocimiento de Dios y del camino que el ofrece al hombre; las cuales son imposibles de entender a menos que, reconozcamos la deidad de Cristo y su obra redentora y le permitamos al Espíritu Santo, revelar a ese Cristo Redentor y Resucitado en nuestra vida.  Quien no siga esta guía, perecerá en su propia ignorancia y obstinación.

Regla # 347
“Así que vosotros, oh amados, sabiéndolo de antemano, guardaos, no sea que arrastrados por el error de los inicuos, caigáis de vuestra firmeza.” (2 Pedro 3:17)

Dice en otra parte, “quien piensa estar firme mire no caiga”, lo que señala la importancia de cultivar el espíritu y alimentar la fe, además de evitar toda especie de contaminación; porque quien no sigue esta instrucción, corre el riesgo de dejarse arrastrar por las corrientes de este mundo, que promueven aquellos interesados en defender sus creencias basadas en el error y no en la Verdad.  Nadie está exento de caer, por eso lo mejor, es no dar por hecho nuestra firmeza, sino afianzarla cada día, manteniéndonos en buena forma espiritual.

Regla # 348
“Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.  A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad.” (2 Pedro 3:18)

La madurez y el crecimiento espiritual obedece a dos razones fundamentales, primero: crecer en la gracia, esto es, depender cada vez mas de la obra que Dios hace en nuestra vida, dejando que sea él, quien usen todo aquello que nos ha dado, según sus propósitos y cada vez menos de nuestras propias fuerzas y recursos.  Segundo, conocer  Cristo en toda la dimensión de su deidad y humanidad, para ser cual Cristo aquí en la tierra; dando honor y gloria, ahora y por la eternidad.

Regla # 349
“(Porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos manifestó.” (1 Juan 1:2)


La más maravillosa experiencia que alguien pueda tener, es encontrarse personalmente con Dios, y recibir el impacto sobrenatural de su amor; una experiencia real que resulta incuestionable ante las evidencias de sus manifestaciones. Quienes hemos tenido esta experiencia, no podemos quedarnos callados; y así no se abrieran nuestros labios para testificar a otros de lo que Dios ha hecho, nuestra vida y el cambio personal resulta tan elocuente, que no puede pasar inadvertido, y es justo dar una explicación lógica y razonable que lo sustente. Cuánto más, y esto es incuestionable, que el cambio no es un proceso de superación personal, sino la evidencia de la intervención divina en nuestra vida.

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