PREPARANDO EL CORAZON PARA SUBIR A JERUSALEN

PREPARANDO EL CORAZON PARA SUBIR A JERUSALEN
"Y abiertas las ventanas de su cámara que daban hacia Jerusalen, se arrodillaba tres veces al día, y oraba y daba gracias delante de su Dios, como lo solía hacer antes". (Daniel 6:10b)

viernes, 19 de septiembre de 2014

ABRIENDO LOS CANALES DE LA BENDICION SALMO 65



Soy bienaventurado porque él me ha escogido, (1 Pedro 2:9) (2 Crónicas 29:11) Me ha escogido, me ha atraído (Oseas 14) para que habite en su casa y sea saciado del bien de su casa.

Tres peticiones le estoy haciendo a Dios antes que termine el año:

  • 1.      Recompense la obra de mis manos, saciando mi vida con el bien de su casa
  • 2.      Respondiendo a mis plegarias y peticiones con tremendas cosas
  • 3.      Corone este año con sus bienes, favores y misericordias
Dios a diferencia de los hombres “no es injusto para olvidar la obra de mis manos, el trabajo de amor que hecho para el y para sus santos, habiéndoles servido y sirviéndoles aun” (Hebreos 6:10)
Lo importante es que yo sepa o tenga claro: A quien sirvo, delante de quien hago la obra y de quien viene mi recompensa.  De lo contrario mi ánimo se cansaría hasta desmayar.
  
El Señor enseñó un parábola, acerca de un señor que contrato unos jornaleros y acordó con ellos un jornal; ellos trabajaron todo el día, pero al terminar el día, el contrató a uno mas, y a este le pago el jornal de un día.  Él lo ´puede hacer, porque es su dinero y está actuando de acuerdo a lo acordado.

Peo hay realidades que no puedo olvidar, hay personas que trabajan ocho horas pero rinden lo de una hora; y hay quienes trabajan una hora y rinden lo de ocho horas; y quien paga a cada uno por su trabajo, recompensa según sus obras.

El responde a mis peticiones, pero yo debo clamar a él.  (Jeremías 33:3) Hay tres momentos muy importantes para clamar a Dios: el devocional personal, el ayuno y las vigilias.

El está dispuesto a concédeme estas tres peticiones, pero yo debo:
Abrir los surcos, limpiar los canales, construir los collados, para que su bendición llegue, corra y se esparcida.

Debo abrir los canales si se han cerrado, quitar los obstáculos, lo que se ha interpuesto para que la bendición no llegue.  El primer canal que debo abrir y despejar es mi comunión con Dios; quitar los obstáculos de mi corazón; revisar como esta mi relación con los demás.

Para que el  me bendiga, y ponga su sello de excelencia y bendición en mi vida, debo poner orden en mi vida; organizar mi agenda, mi presupuesto; hacer aquello que no he hecho,  que está pendiente; comenzando por mi vida de oración.

La casa de oración se abre a la oración para que los cielos se abran para la bendición.

No hay comentarios:

Publicar un comentario